Promoción de la salud: una mirada crítca a sus
antecedentes y al rol de los profesionales de salud
Health promoton: a critcal view at its background and
the role of health professionals
María Eugenia Flórez-López 1
1 Fisioterapeuta. Magíster en salud pública doctoranda en universidad nacional de Colombia,
Bogotá, Colombia.
meflorezl@unal.edu.co
Resumen
Introducción: Abordar el tema de Promoción de la salud y partcularmente sus anteceden-
tes es un asunto de permanente vigencia, dada su importancia a la luz de las polítcas inter-
nacionales de salud pública planteadas desde el siglo XX. Para que la Promoción de la Salud
se siga fortaleciendo, se requiere de la creación de condiciones favorables a la salud en lo
cual los profesionales de la salud juegan un rol trascendental, que pasa por su formación
académica, contnuando con su desempeño profesional y partcipación ciudadana.
Objetvo: Presentar una revisión crítca de los antecedentes de la promoción de la salud y
del rol de los profesionales de la salud en su desarrollo.
Método: Se realizó una revisión de artculos, libros y documentos oficiales de organismos
internacionales de salud, publicados en español y en inglés. Se usaron los términos en am-
bos idiomas: “promoción de la salud”, “personal de salud” y “salud pública”. Las bases de
datos consultadas fueron PubMed, SciELO y Science Direct.
Conclusiones: Los hallazgos muestran cómo la Promoción de la salud ha estado enmarcada
en crítcas y debates desde su origen, lo que demuestra su importancia y vigencia en el
tempo; los profesionales de la salud como actores principales en la promoción de la sa-
lud, deben recibir desde su formación las bases necesarias para su aplicación profesional
y personal.
Palabras clave:
“Promoción de la salud”, “Personal de salud”, “Salud pública” (DeSC)
Abstract
Introducton: Addressing the issue of Health Promoton and partcularly its background is a
24/jul/2020
mater of permanent validity, given its importance in the light of internatonal public health
08/nov/2020
policies raised since the twenteth century. In order for the Health Promoton to contnue
strengthening, the creaton of favorable health conditons is required in which health pro-
fessionals play a transcendental role, which goes through their academic training, cont-
nuing with their professional performance and citzen partcipaton.
Objectve: To present a critcal review of the background of health promoton and the role
of health professionals in their development.
Method: A review of artcles, books and official documents of internatonal health organi-
zatons was conducted, published in Spanish and English. The terms “health promoton”,
“health personnel” and “public health” were used in Spanish and English. The databases
consulted were PubMed, SciELO and Science Direct.
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Conclusions: The findings show how Health Promoton has been framed in critcism and debates since its incepton, which
demonstrates its importance and validity over tme; Health professionals, as the main actors in health promoton, should
receive since their professional educaton the necessary bases for their professional and personal applicaton.
Keywords:
“Health promoton”, “Health personnel”, “Public health” (MeSH).
Introducción
La Promoción de la Salud (PS) es una corriente de pensamiento importante para la salud pública, enunciada por algunos
como la “Nueva salud pública” (1,2,3) que busca que las personas y comunidades tengan una influencia real en sus condi-
ciones de vida, bienestar y calidad de vida. Es una corriente de pensamiento en contnuo desarrollo, cuya aplicación permite
que las personas y comunidades, a partr de los recursos con los que cuentan, potencien sus capacidades y alcancen su de-
sarrollo, logrando la transformación social de los entornos, en los cuales ellos viven su cotdianidad a lo largo de su ciclo de
vida.(4) Durante la vida de las personas hay diferentes situaciones, tanto positvas como negatvas, agradables y desagrada-
bles, que influyen en su proceso de salud y enfermedad, proceso contnuo, fluctuante y variable a lo largo del tempo; estas
situaciones hacen parte de la dinámica compleja de la vida.(5)
Para el desarrollo de las acciones y estrategias de la PS, se requiere de la partcipación de equipos de trabajo interdiscipli-
narios e intersectoriales, de los cuales hacen parte los profesionales de la salud, en muchos casos como líderes de estos.
Este artculo busca dar una mirada crítca, pasados treinta años de la firma de la Carta de Otawa, de los antecedentes de la
PS, prestando una atención especial al rol que deben cumplir los profesionales de la salud en su gestón e implementación.
Métodos
Se realizó una revisión de artculos, libros y documentos oficiales de organismos internacionales de salud, publicados en es-
pañol y en inglés. Se usaron en español los términos DeCS: “promoción de la salud”, “personal de salud” y “salud pública” y
en inglés los términos MeSH: “health promoton”, “health personnel”, “public health”. Se usó el operador booleano AND y no
se limitó la fecha de los documentos. Las bases de datos consultadas fueron PubMed, SciELO y Science Direct. Se utlizaron
también como fuentes secundarias para la obtención de información, las bibliografas de los artculos encontrados. Se buscó
información relacionada con los antecedentes de la PS, posturas crítcas sobre su origen y desarrollo, e información sobre el
rol de los profesionales de la salud en la PS. Se buscaron, en lo posible, los artculos originales de los antecedentes teóricos.
Desarrollo
La información se obtuvo de la revisión y análisis de 43 fuentes: 30 artculos, 7 libros y 6 documentos oficiales, publicados
entre 1971 y 2018; 70% de la información revisada estaba en español. Los datos obtenidos se organizaron en los siguientes
apartados: Antecedentes de la PS, Consolidación de la PS: la Carta de Otawa, Rol de los profesionales de la salud, y ¿Qué se
podría hacer? A contnuación, se presenta cada uno de ellos.
Antecedentes de la PS
Hace un poco más de 30 años, la PS fue propuesta como un referente internacional para la implementación de acciones
orientadas a que las personas y comunidades mejoraran su salud y ejercieran un mayor control sobre la misma, partcipando
en la creación y el mantenimiento de condiciones saludables en cada uno de los entornos en los cuales ellas desarrollan su
cotdianidad. Terris indica que el primero en utlizar el término PS fue Henry Sigerist, incluyéndola en 1945, como una de las
cuatro tareas esenciales de la medicina. (6)
La definición de la PS como se concibe en la actualidad, tene su origen en la nueva (para su momento) forma de ver la salud
planteada por la OMS en 1946, en un contexto de postguerra, cuando en el mundo se planteaban lineamientos orientados
a la búsqueda del bienestar general, con un Estado benefactor, garante de derechos.(7,8,9) Se fundamentó la concepción
de la salud como un derecho, en tanto se buscó garantzar condiciones sociales, económicas, educatvas, ambientales, etc.,
propicias para el desarrollo y crecimiento de las personas y comunidades, haciéndolas partcipes en el mejoramiento de su
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calidad de vida, sus niveles de satsfacción, su interacción con el entorno y teniendo la oportunidad de vivir su vida con vigor
y fortaleza.(10)
Como antecedentes de la PS se han considerado algunos trabajos como el de Mckeown en Europa, quien con bases cientfi-
cas probó el efecto del mejoramiento en la nutrición, los cambios favorables en el nivel de vida y del desarrollo económico,
en la disminución de la mortalidad en Inglaterra.(9,11) En Canadá, el Informe Lalonde (Campo de la salud),(12) desarrollado
a partr del modelo de Laframboise,(13) propuso cuatro categorías o elementos para dividir el campo de la salud: medio
ambiente, estlo de vida, biología humana y los servicios de salud. Blum, basándose en el Campo de la salud, presentó una
propuesta con una orientación más administratva, hacia la reorganización del sistema de salud.(9)
Aunque los postulados presentados por Lalonde han perdurado y han sido fundamentales en el desarrollo de las propuestas
de PS, no han estado exentos de crítcas. Buck consideró que en el Informe de Lalonde, las recomendaciones para mejorar el
medio ambiente eran débiles y no obligaban al gobierno canadiense a modificar las condiciones principales que afectaban
la salud de algunos grupos poblacionales.(11,14) La dimensión propuesta por Buck para el abordaje del medio ambiente,
buscó resaltar la importancia de este elemento, en tanto, propuso la inclusión de condiciones sociales y económicas, que
tenen un efecto considerable en la salud de las personas y comunidades. Su propuesta es aplicable en la actualidad, dado
que promueve el abordaje de las cuestones ambientales, las cuales determinan las decisiones individuales, pero están fuera
del control de los individuos.(14) En la actualidad, en Canadá se ha planteado la importancia de la inclusión de los determi-
nantes ecológicos de la salud, en interacción con los sociales; se considera que los dramátcos y rápidos cambios globales
en las condiciones ambientales, impulsados por fuerzas sociales, culturales y económicas, ponen en riesgo la salud de las
personas.(15)
Algunos autores europeos indican que en el origen de la PS, tuvieron influencia los movimientos de salud comunitaria y salud
de las mujeres, generados en los años sesenta del siglo XX, en los países occidentales industrializados, como Nueva Zelanda
y Gran Bretaña, los cuales fueron un intento de artculación de nuevas formas de relaciones polítcas y sociales, con respecto
a la salud y la curación. (16)
En 1978 se enunció la estrategia global de Atención primaria en salud (APS), declarada en Alma Ata,(17) precedida por la
meta Salud para todos en el año 2000, que pasaría luego a ser Salud para todos, y ha sido considerada por algunos autores
como la meta polítca y étca más trascendental en salud pública.(18,19) Se ha planteado que la PS surgió de la necesidad
de reactvar los compromisos establecidos en Alma Ata, en busca de fortalecer los procesos de acción intersectorial y las
intervenciones en el campo polítco, para mejorar la condición de salud en el mundo,(11) ante lo que algunos autores llama-
ron “el fracaso de la APS”. (20,21) Entre las causas de dicho fracaso se proponen: falta de un auténtco compromiso polítco,
falta de apoyo económico, aparición de diversas interpretaciones de la APS (APS - APSS - selectva), fallas metodológicas,
choque con el poder de las industrias farmacéutcas, polítcas económicas basadas en el mercado, la descentralización y la
privatzación, etc. Otros autores en cambio consideran que más que haber sufrido un fracaso, la estrategia se vio disminuida
por decisiones de la agenda polítca y económica mundial, por la falta de compromiso polítco para su desarrollo y la falta de
asignación de los recursos requeridos para la superación de las desigualdades. (22,23,24)
En 1979, el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos publicó el Informe del cirujano general Gente sana, (25) siguiendo
el modelo presentado por Lalonde. Un grupo de expertos estadounidenses evaluó las diez principales causas de mortalidad
de 1976 según el modelo de Lalonde. Sus hallazgos indicaron que al menos la mitad de mortalidad se debió a comportamien-
tos o estlos de vida no saludables, 20% a factores ambientales, 20% a factores biológicos y 10% a insuficiencias en el sistema
de cuidado de la salud. La principal conclusión de este análisis fue la necesidad de reexaminar las prioridades para el gasto
nacional en salud. A la luz de estos resultados, se enfatzó en la importancia de mejorar la condición de salud de los ciudada-
nos a través de la prevención de la enfermedad (PE) y la PS, centrando las acciones de la primera en la protección de la salud
frente a las distntas amenazas procedentes del ambiente y las de la segunda en los cambios de los estlos de vida. (6,25)
El impacto del Informe del Cirujano General fue importante en el campo de la PS, de un lado, porque marcó la ruta que se
seguiría en Estados Unidos, con un énfasis en la modificación de los estlos de vida, y por el otro, porque creó un precedente
de confusión con relación a los términos PS y PE. (6,11) Este documento le daba igual importancia a la PS frente a la PE,
por lo cual en su momento dio lugar a múltples interpretaciones sobre el objetvo de la PS; unos concluían que la PS daba
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cobertura a todos los servicios sanitarios, otros consideraban que era sinónimo de la PE y algunos creían que la PE debía
subordinante a la PS. (6)
Otra propuesta teórica que genera confusión en la delimitación de las acciones entre la PS y la PE es la de los niveles de
prevención de Leavell y Clark, quienes incluyen la PS en el nivel de prevención primaria de la enfermedad. (26) Las diversas
interpretaciones mencionadas han ocasionado dificultades para la definición del campo de acción de la PS en las insttucio-
nes de salud. (11,27)
Consolidación de la PS: la Carta de Otawa
Con los antecedentes mencionados y en una época en la cual ya se estaban decayendo los postulados que sostenían los esta-
dos de bienestar en los países industrializados,(22) la propuesta de la PS fue consolidada con la Conferencia Internacional de
Promoción de la Salud, realizada en Otawa, Canadá en 1986; los lineamientos para el desarrollo de la PS fueron presentados
en la Carta de Otawa.(28) Esta conferencia fue liderada por la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de salud y
bienestar social de Canadá y la Asociación canadiense de salud pública.
La Carta de Otawa indica que la PS consiste en “proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y
ejercer un mayor control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar fsico, mental y social un individuo
o grupo debe ser capaz de identficar y realizar sus aspiraciones, de satsfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse a
medio ambiente. La salud se percibe pues, no como el objetvo, sino como la fuente de riqueza de la vida cotdiana”. (28)
Se trata por lo tanto de un concepto positvo y progresivo. (29) Enuncia que las condiciones y requisitos para la salud, son la
paz, la educación, la vivienda, la alimentación, los ingresos, un ecosistema estable, la justcia social y la equidad. (28) Esto ha
hecho que la PS sea identficada como un proceso polítco colectvo, porque se basa en las capacidades de las personas, pero
se soporta en las condiciones sociales, económicas, polítcas, ambientales, etc. (19)
A p artr del análisis de las condiciones propias de la elaboración de la Carta de Otawa, esta se basó en las necesidades y
realidades de los países industrializados, aún en contravía de los mismos postulados que se estaban proponiendo; en su
preparación, se tuvieron en cuenta puntos de vista privilegiados y se obviaron las necesidades y posturas ideológicas de
poblaciones como las de los países en desarrollo y las indígenas, desconociendo sus conocimientos, necesidades y práctcas.
(30,31) A pesar de esta crítca, McPhail-Bell, Fredericks y Brough indican que se requiere mayor consideración y acción sobre
los principios y valores de la PS y cómo estos pueden ser practcados, en busca de realizar la visión original de la PS a nivel
mundial. (31)
Rol de los profesionales de la salud
Un elemento relevante de la PS es el relacionado con la construcción de capacidad, en la cual los profesionales de la salud
tenen un papel fundamental. La construcción de capacidad es entendida como la creación de condiciones favorables a
la salud y la generación de influencia positva en los aspectos estructurales que determinan la posibilidad de individuos y
grupos de intervenir en las decisiones que afectan su salud y de acceder a oportunidades y servicios.(30) En este tpo de en-
foques, una crítca que se ha hecho es la falta de oportunidades que se da a los ciudadanos de partcipar en la definición de
sus problemas, en el planteamiento de sus estrategias de acción y en la determinación de los criterios de éxito. Entre tanto,
investgaciones han encontrado que la partcipación ciudadana y la sostenibilidad de los programas aumentan en la medida
en que los planteamientos de las intervenciones son coherentes con los intereses de la comunidad y de sus líderes. (32)
En la construcción de capacidad, los profesionales de la salud juegan un rol fundamental y para ello deben tener la forma-
ción adecuada, con orientación colectva y comunitaria, que trascienda la formación orientada al individualismo y al modelo
biomédico que tradicionalmente se ha recibido.(33,34) Además, una formación que permita que el centro de atención sea
la persona, no el paciente, ni el cliente; esa persona que tene un saber propio, que le permite tomar decisiones a partr de
su propia cultura, entendiendo “cultura” como lo presenta Duque-Páramo (35) desde una perspectva progresista de la PS,
como el conjunto de conocimientos, experiencias, acttudes, práctcas y valores alrededor de la salud y la enfermedad. Esto
resalta la responsabilidad de la academia en la formación del recurso humano en salud, el cual debe estar preparado para
apoyar el desarrollo de las capacidades de las personas y comunidades con las que interactúa.
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El profesional de la salud debe tener formación, no solamente para trasmitr información, sino para generar en las personas
y comunidades motvación para la búsqueda de transformaciones sociales reales. Se requiere un profesional para la salud
que amplíe su atención fuera de los límites establecidos por los aspectos biofsico-patológicos; que comprenda que su cono-
cimiento no es absoluto, que precisa del apoyo de un equipo de profesionales de diferentes disciplinas y sectores, y que las
necesidades de las personas con las que interactúa son más importantes que las del sistema de salud. (33,34)
Además, es fundamental que los profesionales de la salud tengan una sólida formación investgatva, que permita subsanar
los vacíos de información existentes y mejorar la trasmisión de información desde las realidades sociales hacia los tomadores
de decisiones para generar polítcas públicas soportadas en la evidencia y en la práctca. (34,36,37) Otro elemento primordial
es que los profesionales de la salud tengan la capacidad de desarrollarse como actores sociales y la capacidad de liderazgo
para movilizar a los diferentes actores sociales y a los diferentes sectores en el trabajo decidido por la búsqueda del bienestar
común. (33,34)
El profesional de la salud, además de ser un agente de salud, es un actor social, entendido este como un sujeto colectvo,
estructurado a partr de una conciencia de identdad propia, portador de valores, poseedor de un cierto número de recursos
que le permiten actuar en el seno de una sociedad en busca de defender los intereses de los miembros que la componen
y/o de los individuos que representa, para dar respuesta a las necesidades identficadas como prioritarias; debe ser un actor
polítco en busca de la garanta de sus derechos, basado en el cumplimiento de sus deberes, en la defensa de los intereses
propios y de las comunidades que representa. (38,39) En ocasiones, los profesionales de la salud no se visualizan como co-
partcipes en las situaciones que abordan en su cotdianidad profesional, sino como agentes externos, ajenos a las realidades
y necesidades de las personas y comunidades con las que interactúan; en otras ocasiones, los profesionales de la salud se
presentan como dueños del poder, representado en la posesión del conocimiento, en una relación desigual, donde las perso-
nas son vistas como quienes necesitan, quienes carecen, quienes requieren la ayuda, sin tener nada que dar a cambio. (33)
¿Qué se podría hacer?
Son muchas las crítcas, debates y controversias que se han generado en torno a la PS, incluida considerar que ha perdido
vigencia debido a los cambios económicos, sociales y polítcos que ha vivido el mundo desde que fue promulgada a través
de la Carta de Otawa en 1986, y es precisamente esta consideración, la que podría pensarse que más vigencia le da a la
PS. (38,39) Los cambios de las condiciones de vida de las personas en el mundo han generado que en muchos lugares se
presenten manifestaciones de rechazo, levantamientos de grupos poblacionales que reclaman cambios en las polítcas, en
los sistemas de salud, en los regímenes laborales, etc. Esos reclamos, que piden mejor calidad de vida, pueden verse resuel-
tos, en parte, mediante la implementación de estrategias basadas en la PS, de carácter interdisciplinar, con partcipación
real, con equipos de trabajo intersectoriales, de tal manera que requisitos indispensables como la vivienda, los ingresos, el
suministro de agua potable, los servicios sanitarios, las condiciones laborales, etc. sean suplidos, como lo propone la Carta
de Otawa. (38,39)
Se requiere entonces que las personas, incluidos los profesionales de la salud, desarrollen su rol como actores sociales y
polítcos, partcipes en la toma de decisiones en los entornos en los cuales viven y desarrollan sus actvidades personales y
profesionales. (33,38,39) Esto a su vez necesita la formación en liderazgo, conocimiento de los deberes y derechos que como
ciudadanos se tene, responsabilidad que debe asumirse desde el sector educatvo, en todos sus niveles.
Para lo anterior, es necesario también que se respete la dignidad de las personas, su autonomía y libertad; así, las personas
podrían seleccionar, en ambientes con oportunidades suficientes, los modos de vida y los hábitos que consideren adecua-
dos, según su acervo cultural, sin imposiciones externas, sin juzgamientos sobre si es bueno o malo lo que hacen, sino con el
respeto que tene en cuenta su capacidad de tomar decisiones acertadas, para ellas, teniendo en cuenta que los comporta-
mientos de las personas se basan en sus condiciones sociales y de vida. (10,11,33,40,41)
Los elementos anteriores pueden permitr que las personas y comunidades conserven condiciones potencialmente sanas,
concibiendo la salud como un aspecto positvo, como diría Sigerist, como “una acttud gozosa ante la vida y una aceptación
alegre de las responsabilidades que la vida hace caer en el individuo” (7) o como diría el médico catalán Jordi Gol conside-
rando que “la salud es una manera de vivir autónoma, solidaria y placentera”. (42)
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Los salubristas tenemos una responsabilidad social que puede ser desarrollada en diferentes niveles de acción, desde el
apoyo a las personas y comunidades en los procesos de interacción a través de proyectos o programas de PS, hasta el ase-
soramiento cientfico y experiencial, a través de la transferencia de conocimiento, a los tomadores de decisiones. Dicho
conocimiento podrá finalmente ser traducido en polítcas públicas basadas en evidencia y en práctca, (37) bien en entornos
públicos como privados, para lo cual se requiere la implementación de estrategias como la abogacía, el cabildeo, la informa-
ción, la educación y la comunicación en salud. (43)
Conclusiones
La PS ha sido foco de crítcas y debates desde su origen, las cuales demuestran su importancia y vigencia en el tempo.
Pese a la falta de inclusión de posturas diferentes a las hegemónicas y el no reconocimiento de realidades contextuales de
poblaciones como la latnoamericana, en su origen, en los microcontextos se pueden implementar acciones de PS, a través
de estrategias culturalmente adaptadas, sustentadas en sus postulados originales. Se debe reconocer que los principios
planteados en la Carta de Otawa y mantenidos en el tempo, son adaptables a dichas realidades. Ajustando las estrategias
y teniendo en cuenta las característcas sociales, educatvas y culturales de los actores sociales de los diferentes contextos,
se puede lograr que las personas y las comunidades puedan disminuir las brechas existentes para la satsfacción de sus ne-
cesidades y deseos.
El abordaje de las acciones desde la promoción de la salud permite enfocarse en las capacidades, recursos y potencialidades
con que cuentan las personas y las comunidades en sus territorios, para alcanzar y mantener condiciones de bienestar y
calidad de vida que les permitan desarrollar sus actvidades en la cotdianidad y aportar constructvamente al mejoramiento
de sus entornos. La PS busca potenciar las capacidades de los individuos y comunidades, para que, a partr de su autonomía
y dignidad, del reconocimiento de su realidad contextual, de sus capacidades y condiciones de vida, puedan de manera or-
ganizada, consciente, partcipatva y responsable, tomar decisiones que consideren acertadas, para ser agentes de cambio
en sus entornos, en busca de alcanzar el desarrollo individual y colectvo, influenciando positvamente las condiciones en las
que viven.
Es importante, además, el fortalecimiento de la partcipación social, de la capacidad de las personas y comunidades de
aportar según sus posibilidades y recibir según sus necesidades, en busca de la equidad y la justcia social, fortaleciéndose
como comunidad, movilizándose en busca de ejercer su ciudadanía en la exigencia de sus derechos, cumpliendo sus deberes
ciudadanos. Para ello, se requiere que el Estado ejerza su rol como garante de los derechos de sus ciudadanos, en este caso
el derecho a la salud, que implica condiciones dignas de vivienda, educación, trabajo, recreación, ocio, entre otras.
Finalmente, se debe resaltar que la academia debe cumplir también su responsabilidad social en la búsqueda de la salud de
los ciudadanos, tanto desde la formación del recurso humano en salud, como de las demás áreas de formación. Ello requiere
un compromiso polítco desde las altas esferas administratvas, enténdase Ministerios de Educación y Salud, los cuales, tra-
bajando mancomunadamente, deben buscar la inclusión de temátcas de PS en los planes de estudio de todas las carreras
de formación, tanto en pregrado como en postgrado.
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