ACTUALIZACIÓN EN DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE
HIPERHIDROSIS LOCALIZADA PRIMARIA
UPDATE ON DIAGNOSIS AND MANAGEMENT OF PRIMARY FO-
CALIZED HYPERHIDROSIS
Juliana Salazar Mayorga1 Guido Angulo Ureña2 Alberto Quesada Pacheco3
1 y 3 Médico general. Trabajador independiente, San José Costa Rica.
2
Médico general. Hospital CIMA, San José. Costa Rica.
Contacto: Julianasm93@gmail.com guidono123@gmail.com betoqp@gmail.com
RESUMEN
La hiperhidrosis localizada primaria es una condición dermatológica caracterizada
por una producción excesiva de sudor que supera las necesidades termoregulado-
ras, afectado zonas localizadas como palmas, plantas, axilas o región craneofacial.
Su etiología sigue siendo incierta, aunque la evidencia sugiere un componente gené-
tico importante. El diagnóstico requiere de una historia clínica exahustiva que per-
mita descartar causas secundarias y farmacológicas. Algunas pruebas cualitativas y
cuantitativas pueden ser de utilidad en el diagnóstico. Dada la importante afectación
en la calidad de vida de los pacientes, existen diferentes opciones terapéuticas dis-
ponibles desde agentes tópicos y dispositivos médicos, hasta terapias sistémicas e
intervenciones quirúrgicas. Estos varían mucho en cuanto a efectividad, seguridad,
tolerabilidad y costo, por lo que se debe individualizar la terapia, tomando en con-
sideración la afectación en la calidad de vida, la localización de la enfermedad, las
contraindicaciones y las posibles complicaciones.
Palabras clave: Hiperhidrosis, sudoración, cloruro de aluminio, toxinas botulínicas,
iontoforesis, simpatectomía.
Cómo citar:
ABSTRACT
Salazar Mayorga, J.,
Angulo Ureña, G., &
Quesada Pacheco,
A. (2021). Actualiza-
Primary or focal hyperhidrosis is a dermatologic condition characterized by exces-
ción en diagnóstico
sive sweat production surpassing the thermoregulation needs, affecting focal zones
y tratamiento de
like palms, soles, axillae, or craneofacial region. Its etiology remains uncertain, al-
hiperhidrosis localiza-
though evidence suggests there is an important genetic component. The diagnosis
da primaria. Revista
requires an exhaustive clinical history that allows the clinician to rule out secondary
Ciencia Y Salud, 5(1),
and pharmacological causes. Some qualitative and quantitative tests may be useful
Pág. 59-68.
in the diagnosis. Given the important impact on patient’s life quality, there are diffe-
rent therapeutical options available; from topical agents and medical devices, to sys-
temic therapies and surgical procedures. These vary a lot in terms of effectiveness,
16/dic/2020
safety, tolerability, and cost, and thus therapy choice must be individualized, taking
18/ene/2021
into account the quality of life affected, the location of the disease, contraindica-
tions, and possible complications.
Keywords: Hyperhidrosis, sweating, aluminum chloride, botulinum toxins, ionto-
phoresis, sympathectomy.
5
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INTRODUCCIÓN
La hiperhidrosis es una condición dermatológica caracterizada por sudoración excesiva en cantidades su-
periores a las necesarias fisiológicamente para la termorregulación. Puede clasificarse según su etiología
en primaria o secundaria, esta última originada por trastornos neurológicos, endocrinos, infecciosos, tumo-
rales o por algunos fármacos. También puede clasificarse en función de su localización en generalizada o
localizada.
La hiperhidrosis localizada puede ser primaria, la cual se manifiesta a nivel axilar, palmar, plantar o craneo-
facial; o secundaria que en general es asimétrica y de origen neurológico. La hiperhidrosis suele ser incon-
trolable y puede conllevar a trastornos físicos como infecciones cutáneas o psicológicos como depresión
o ansiedad y a una importante afectación en la calidad de vida, por lo que el criterio más importante para
decidir el tipo de terapia consiste en la afectación individual de cada paciente en su calidad de vida.
Las opciones terapéuticas varían de acuerdo con su localización focal o generalizada e incluye desde la
terapia tópica u oral, hasta el manejo quirúrgico.
MÉTODOS
Se realizó una revisión bibliográfica extensiva en las bases de datos de PubMed y ScienceDirect, eligiendo
bibliografía acorde con el tema. Se dio un énfasis en artículos más actualizados y aquellos enfocados en
tratamientos emergentes. Se eligieron 14 artículos en total con este fin.
No existen conflictos de interés a declarar.
EPIDEMIOLOGÍA
Los estudios de prevalencia de la enfermedad varían ampliamente según la población y los métodos de
estudio, la mayoría han analizado a una porción limitada de la población por lo que sus conclusiones no
pueden generalizarse. La prevalencia poblacional más citada estima un 2.8% de acuerdo con una encuesta
estadounidense realizada en el 2004 en 150.000 hogares, sin embargo, esta encuesta no contemplaba el
sitio de sudoración excesiva (1).
Una encuesta del 2016 sugirió que aproximadamente el 4,8% de la población estadounidense o 15,3 millo-
nes de personas tienen hiperhidrosis, sin embargo, se especula que esta es una subestimación ya que esta
prevalencia está muy por debajo de lo reportado en otras poblaciones.
Algunos factores culturales y sociales pueden afectar la percepción o disposición de los pacientes para re-
portar la sudoración anormal, y en aquellos con síntomas leves resulta menos probable que notifiquen los
síntomas en comparación con casos severos.
Una revisión de 2011 de Nawrocki, et. al indicó que el 93% de los pacientes con hiperhidrosis presentan
hiperhidrosis primaria localizada (2).
En un estudio retrospectivo en Brasil se analizaron las diferentes presentaciones de hiperhidrosis en 1278
pacientes que acudieron a una clínica especializada durante un período de 7 años, y se concluyó que la hi-
perhidrosis se manifiesta con frecuencia en más de un sitio, siendo la localización palmar la principal queja
de los pacientes. Cuando se presentan dos sitios de sudoración la combinación más frecuente es palmar +
axilar y cuando hay tres sitios de sudoración la combinación más frecuente es palmar + plantar + axilar (3).
Tanto los hombres como las mujeres se ven afectados por igual, aunque las mujeres buscan tratamiento con
mayor frecuencia que los hombres.
El inicio de la hiperhidrosis primaria es más común entre los 14 y los 25 años. Cuando se manifiesta en pre-
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púberes generalmente es palmar o plantar (88.9%), con presentaciones a nivel axilar (15.5%) o facial (6.6%)
menos comunes. El inicio pospuberal se asocia más frecuentemente con una distribución axilar (4).
Según Henning, et. al existen antecedentes familiares positivos en 35-56% de los casos de hiperhidrosis
primaria y la herencia parece ser autosómica dominante. Los individuos con fenotipos palmoplantares y
antecedentes familiares positivos suelen tener una edad de inicio más temprana. Se han encontrado dos
locus para hiperhidrosis en los cromosomas 2q31.1 y 14q11.2-q13, sin embargo, la evidencia es heterogénea
y limitada y parece ser que la hiperhidrosis se hereda poligenéticamente (5).
ETIOLOGÍA
La termorregulación involucra la disipación del calor corporal mediante la evaporación del sudor. Existen
tres tipos de glándulas sudoríparas: ecrinas, apocrinas y apoecrinas. Las ecrinas son las responsables mayo-
ritariamente de la hiperhidrosis primaria. Estas son particularmente abundantes en palmas, plantas, frente,
axilas y mejillas, y son las únicas glándulas presentes en las palmas. Están ausentes en mucosa labial, con-
ducto auditivo externo, lecho ungueal y genitales donde predominan las glándulas apocrinas.
Las glándulas ecrinas producen una secreción fina, hipotónica, transparente e inodora, y la tasa y volumen
de producción fluctúa de acuerdo con las necesidades termoreguladoras.
Estas glándulas ecrinas están inervadas por fibras colinérgicas. La acetilcolina, secretada por las termina-
ciones nerviosas, estimula la producción de sudor.
La tasa de secreción normal de las glándulas sudoríparas ecrinas es de 0.5 a 1 mL/minuto y solo el 5% de
ellas secretan sudor en cualquier momento. En la hiperhidrosis grave, la secreción puede exceder los 40
mL/m2/minuto.
La producción de sudor está regulada por estructuras de la corteza cerebral, la región preóptica anterior
del hipotálamo y el sistema nervioso simpático. Las fibras nerviosas aferentes llevan señales al hipotálamo
a través de la médula espinal lateral y la vía eferente simpática sigue el trayecto desde la corteza cerebral
hasta el hipotálamo, luego a la médula, donde las fibras cruzan el bulbo raquídeo y continúan hasta el
cuerno lateral de la médula espinal, de ahí pasan a los núcleos intermediolaterales de los ganglios para-
vertebrales simpáticos y las fibras nerviosas simpáticas tipo C posganglionares estimulan los receptores
muscarínicos postsinápticos de la glándula sudorípara ecrina (2).
En una revisión sistemática de Hasmonai sobre la etiología de la hiperhidrosis se determinó que existen
posibles diferencias histoanatómicas y fisiológicas, así como posibles disfunciones metabólico-enzimáticas
y neurológicas en los pacientes con hiperhidrosis en comparación con personas con transpiración normal.
Estas diferencias se pueden clasificar en tres grandes grupos:
A)
Un rasgo genético hereditario identificado en los cromosomas 2 y 14.
B)
Un mayor número y tamaño de células ganglionares y una vaina de mielina más gruesa de los
axones involucrados.
C)
Una mayor expresión de subunidades del receptor de acetilcolina en los ganglios simpáticos de
sujetos con hiperhidrosis (6).
DIAGNÓSTICO
Las causas de hiperhidrosis secundaria deben ser excluidas antes de poder diagnosticar una hiperhidrosis
primaria. En la historia clínica se deben abordar las interrogantes sobre el patrón de sudoración, edad de
inicio, factores agravantes, duración, frecuencia, cantidad, distribución, sudoración nocturna, historia fa-
miliar y síntomas que orienten hacia una causa secundaria como uso de medicamentos, pérdida de peso,
fiebre o linfadenopatías.
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El examen físico se debe enfocar en valorar la sudoración excesiva, la cual puede evidenciarse de manera
cuantitativa o cualitativa mediante algunas pruebas o cuestionarios diagnósticos (ver anexo 1),
Los exámenes de laboratorio usualmente no son necesarios para el diagnóstico de hiperhidrosis primaria
localizada, sin embargo pueden ser de utilidad en la hiperhidrosis secundaria (2).
Los criterios diagnósticos específicos para hiperhidrosis primaria localizada incluyen:
Sudoración excesiva en al menos uno de los siguientes sitios: axilas, palmas, plantas o región
craneofacial.
Duración superior a seis meses.
Descartar posibles causas secundarias.
Presentar al menos dos de las siguientes características:
o
Sudoración bilateral y relativamente simétrica
o
Edad de aparición por debajo de los 25 años.
o
Antecedentes familiares positivos por hiperhidrosis focal primaria.
o
No hipersudoración durante el sueño.
o
Repercusión sobre las actividades de la vida diaria (7).
Los métodos cuantitativos y cualitativos para examinar la producción de sudor no se realizan comúnmente
durante el examen clínico, sin embargo, pueden ayudar a determinar la gravedad de la enfermedad, a orien-
tar el tratamiento y a recopilar datos para la investigación clínica.
La prueba de Minor con almidón y yodo estima una aproximación cualitativa del volumen de sudor produ-
cido mediante un mapa de las regiones afectadas por sudoración antes del inicio del tratamiento. Esta se
realiza aplicando polvo de maicena y yodo en las superficies afectadas, estos componentes reaccionan con
el sudor y producen un sedimento violáceo que identifica las áreas afectadas.
La prueba de ninhidrina implica su reacción con aminoácidos presentes en el sudor produciendo colores
vivos que se pueden cuantificar a través de análisis digital.
Las pruebas gravimétricas permiten pesar el sudor producido en un área específica durante un período de
tiempo, utilizando papel de filtro previamente pesado.
Existe también la prueba termoreguladora en la cual se aplica rojo de alizarina, almidón de maíz y carbonato
de sodio para identificar áreas hiperhidróticas. Posteriormente se coloca al paciente en una cámara calen-
tada, lo que permite diferenciar la sudoración termorreguladora de la hiperhidrótica.
La sudorimetría cuantitativa dinámica mide la sudoración a través del tiempo mediante una cámara coloca-
da en la superficie de la piel por la que se transmite gas seco.
El medidor de humedad electrónico se utiliza para detectar la evaporación de la humedad de la piel direc-
tamente.
Por otro lado, dentro de los métodos cualitativos para valorar la hiperhidrosis, existe la Escala de severidad
de la hiperhidrosis (HDSS), que es un cuestionario por medio del cual los pacientes clasifican la afectación
del sudor en sus actividades cotidianas mediante una escala de 4 grados. Un puntaje 3-4 indica enfermedad
severa, 2 indica enfermedad moderada y 1 indica ausencia de hiperhidrosis. Esta escala también permite
valorar el éxito del tratamiento definido por un cambio en el puntaje de 4 o 3 a 2 o 1, cada punto ha demos-
trado una correlación de un 50% de reducción en la sudoración.
Otro cuestionario utilizado en la práctica clínica es el Cuestionario de impacto de la hiperhidrosis, que con-
siste en 41 ítems basales y 10 ítems para el seguimiento y permite valorar tanto el impacto en la vida coti-
diana como la eficacia del tratamiento.
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El Índice de calidad de vida en dermatología (Dermatology Life Quality Index, DLQI) es otra herramienta
utilizada en varias condiciones dermatológicas que permite valorar tanto el efecto como la mejoría de la
calidad de vida de los pacientes (2).
DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES
Para el diagnóstico diferencial de hiperhidrosis primaria localizada, siempre es importante considerar y des-
cartar todas las posibles causas de hiperhidrosis secundaria.
La mayoría de las veces la hiperhidrosis secundaria suele presentarse de forma generalizada, la cual ocu-
rre tanto en sueño como en vigilia y puede ser causada por condiciones fisiológicas como calor excesivo,
fiebre, embarazo o menopausia. Las causas patológicas incluyen malignidad (linfoma, trastornos mielopro-
liferativos), infecciones (viral, bacteriana, tuberculosis, malaria, VIH), trastornos metabólicos o endocrino-
lógicos (diabetes, hipertiroidismo, feocromocitoma, acromegalia, hiperpituitarismo o síndrome carcinoide),
enfermedad cardiovascular (endocarditis, falla cardíaca congestiva), o enfermedades neurológicas (ictus o
Parkinson), trastornos psiquiátricos entre otros (2).
Algunas drogas que podrían asociarse a hiperhidrosis secundaria generalizada son: antidepresivos, ansio-
líticos, antipsicóticos, agonistas colinérgicos, agentes hipoglicemiantes, moduladores selectivos de recep-
tores de estrógenos, triptanes, antipiréticos, AINES, antieméticos, alcohol, cocaína, heroína, entre otros (8).
La hiperhidrosis secundaria localizada puede ser simétrica asociada a hiperhidrosis compensatoria por la
simpatectomía o sudoración gustatoria que cuando es fisiológica se asocia a comidas calientes o picantes,
pero puede ser patológica posterior a simpatectomía, paroidectomía o postinfección por herpes zóster.
Cuando se trata de hiperhidrosis secundaria localizada asimétrica se puede deber a lesiones o tumores neu-
rológicos como nevus ecrino o síndrome de Frey (2).
TRATAMIENTO
Dependiendo de la localización de la hiperhidrosis, existen diferentes opciones terapéuticas. El tratamiento
debe ser individualizado considerando las contraindicaciones y la posibilidad de falla terapéutica (9).
Las opciones de tratamiento incluyen agentes tópicos, orales, inyectables, así como dispositivos médicos y
opciones quirúrgicas que varían mucho en cuanto a efectividad, seguridad, tolerabilidad y costo (10).
TERAPIA TÓPICA
Antitranspirantes tópicos:
El tratamiento de primera línea para la hiperhidrosis focal primaria, independientemente de la gravedad es
el cloruro de aluminio tópico (8).
Se utilizan formulaciones de 20% de cloruro de aluminio en alcohol etílico, 6.25% de tetracloruro de alumi-
nio y 12% de cloruro de aluminio en agua carbonatada. Las sales de aluminio provocan obstrucción de las
glándulas sudoríparas ecrinas y destrucción de las células secretoras.
Para obtener resultados óptimos, la solución debe ser aplicada durante las noches cada 24-48 horas y debe
permanecer en una piel de 6-8 horas antes de lavar. Una vez que se logra la anhidrosis, el intervalo de apli-
cación debe ser de 1-2 veces por semana.
Cuatro estudios observacionales han demostrado la seguridad y eficacia del cloruro de aluminio para el
control de la hiperhidrosis.
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A pesar de los resultados satisfactorios, gran cantidad de pacientes experimentan cierto grado de irritación
cutánea, especialmente cuando se aplica sobre la piel húmeda al convertirse en ácido clorhídrico, este cons-
tituye el principal motivo de interrupción del tratamiento, el cual puede limitarse aplicándose sobre la piel
seca, aumentando los intervalos de aplicación o utilizando corticosteroides de baja potencia.
Se ha demostrado que la preaplicación de vaselina mejora la función de barrera y previene los efectos irri-
tantes (10).
Otras sales utilizadas con menos frecuencia incluyen el circonio, vanadio e indio las cuales se cree que fun-
cionan a través del mismo mecanismo (11).
Existen controversias sobre el impacto que tiene la exposición al aluminio y el riesgo de cáncer de mama.
Según la Agence Francaise de Sécurité Sanitaire des Produits de Santé (AFSSAPS), el National Cancer Ins-
titute (NCI) y algunos estudios, no existe una relación formal entre la utilización de productos cosméticos
que contengan sales de aluminio y el cáncer de mama (12).
Anticolinérgicos tópicos:
El glicopirrolato (solución, gel o crema al 0.5-4%) y la oxibutinina tópica al 3% son los agentes anticolinérgi-
cos tópicos más comúnmente utilizados. Sus efectos adversos incluyen: irritación cutánea, prurito, cefalea,
mareos, odinofagia, midriasis, boca seca, estreñimiento y nasofaringitis (11).
TERAPIA INYECTABLE
Toxina botulínica Tipo A (BTX A)
Las inyecciones locales intradérmicas con BTX A constituyen un tratamiento eficaz. Estudios multicéntricos
aleatorios han demostrado mayor utilidad en hiperhidrosis axilar.
La BTX A provoca una denervación química local previniendo la liberación de acetilcolina. La duración del
efecto varía entre individuos y el tratamiento generalmente debe repetirse 1-4 veces al año (9).
La mayoría de estudios han utilizado una de las dos preparaciones de BTX A: onabotulinum (Botox), abo-
botulinum (Dysport) o incobotulinum (Xeomin) (11). Las primeras dos preparaciones tienen diferentes dosis;
1 unidad de Botox equivale aproximadamente a 3 unidades de Dysport (9).
Toxina botulínica tipo B (BTX B)
El mecanismo de acción de la BTX B es similar al de la BTX A, pero el efecto sobre las motoneuronas alfa
sobre el músculo parece ser menor, ya que se requieren dosis 50-100 veces más altas para tratar la distonía
cervical.
Sin embargo, se ha demostrado que se puede diluir la BTX B a una concentración baja para que el efecto
inhibitorio de 1 U de BTX A corresponda a 1-2 U de BTX B (9).
La duración del efecto con BTX B suele ser más corta (3 meses) en comparación con BTX A, pero con un
período de respuesta más corto (5-7 días) (11).
Los efectos no deseados más comunes incluyen el dolor en el sitio de inyección, malestar, irritación, infla-
mación o hematomas. El dolor es más intenso con BTX B en comparación con BTX A probablemente debi-
do a su pH más ácido.
El dolor es un factor importante que limita la utilidad de la toxina botulínica. Algunos métodos comunes
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para el alivio del dolor incluyen: una técnica de inyección adecuada con analgesia local, crioanestesia, anes-
tésicos tópicos, dilución de la toxina en lidocaína, bloqueo de nervios ulnar, mediano y radial (10).
DISPOSITIVOS MÉDICOS
Iontoforesis
La iontoforesis puede ser una alternativa segura y costo-efectiva aprobada por la FDA para el tratamiento
la hiperhidrosis palmo-plantar.
Utiliza una corriente galvánica que se transmite a través de la piel intacta sumergida en un medio líquido.
El electrodo cargado positivamente repele los hidrogeniones de los ductos ecrinos (11).
El mecanismo de acción exacto aún es incierto, pero algunas hipótesis sugieren la inhibición de la transmi-
sión simpática, la obstrucción de las glándulas sudoríparas mediante depósitos de iones y la alteración del
pH local que inhibe a las glándulas sudoríparas (13).
Se utiliza 3-4 veces por semana de 20-30 minutos a una corriente de 15-20 mA y se requieren aproximada-
mente de 6-15 sesiones para alcanzar la anhidrosis, el efecto permanece de 2-14 semanas y es efectiva en
un 80% de los casos.
Algunos estudios sugieren que las modificaciones del medio acuoso con cloruro de aluminio, agentes an-
ticolinérgicos o toxina botulínica, pueden aumentar el efecto anhidrótico. Los efectos adversos más fre-
cuentes incluyen: disconformidad, sequedad, parestesias, eritema o vesiculación de las áreas afectadas (11).
OTROS DISPOSITIVOS MÉDICOS
El ultrasonido, la termólisis por microondas, el láser y la radiofrecuencia pueden considerarse para el tra-
tamiento de hiperhidrosis axilar, sin embargo, se debe considerar su alto costo, y la destrucción potencial-
mente permanente e irreversible, los datos clínicos aún son limitados y dependen de la experiencia del
médico tratante.
La termólisis por microondas (Miradry) ha sido aprobada por la FDA para hiperhidrosis axilar. Esta genera
una destrucción de las glándulas ecrinas por rotación de moléculas de agua. Tiene una eficacia del 90% que
persiste por más de 12 meses.
La terapia con ultrasonido proporciona bajos niveles de lesión térmica focalizada en las unidades ecrinas
con un 80% de reducción de la sudoración y ha sido aprobada por la FDA para procedimientos estéticos
de estiramiento de la piel.
La radiofrecuencia fraccional involucra la inserción de microagujas en la piel que emiten energía termal
bipolar directamente sobre las glándulas ecrinas con mínimo trauma epidérmico (11).
La eficacia de los tratamientos con láser para la hiperhidrosis primaria es controversial. En varios estudios,
se ha utilizado el láser Nd:YAG con parámetros similares a los utilizados para la depila-ción, logrando una
disminución subjetiva de la sudoración. Sin embargo, la falta de estudios clínicos que permitan establecer
un protocolo de tratamiento, especialmente en la población pediátrica, ha impedido que sea un tratamiento
recomendado (14).
TERAPIA ORAL
Los principales agentes sistémicos usados para tratar la hiperhidrosis focal son los anticolinérgicos, debido
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a que inhiben la señalización de acetilcolina a nivel neuroglandular. Entre los medicamentos orales dispo-
nibles para el tratamiento de la hiperhidrosis, se cuenta actualmente con agentes anticolinérgicos (oxibu-
tinina, glicopirrolato, bromuro de mentatelina) y los agonistas alfa-adrenérgicos (clonidina). La principal
limitación de estos medicamentos es la gran frecuencia de efectos secundarios como boca seca, visión
borrosa, retención urinaria, estreñimiento y taquicardia por lo que se prefiere su uso en la hiperhidrosis
generalizada (14).
MANEJO QUIRÚRGICO
La cirugía se reserva como última línea de tratamiento, siendo utilizada luego del fracaso con otras inter-
venciones menos invasivas.
Existen algunas técnicas quirúrgicas locales que han sido utilizadas en el manejo de la hiperhidrosis axilar.
Estas técnicas incluyen la escisión radical quirúrgica, liposucción y el curetaje que, aunque inicialmente han
demostrado reducir la sudoración axilar, tienen altas tasas de recidiva (8).
La simpatectomía torácica endoscópica se utiliza en casos graves y refractarios al tratamiento.
Implica el uso de toracoscopia asistida por video para interrumpir una sección de la cadena ganglionar
simpática mediante, transección, ablación, o clampeo de los ganglios torácicos involucrados (T3 o T4), evi-
tando que las señales nerviosas lleguen a las glándulas sudoríparas (10).
Aunque el procedimiento disminuye o elimina de forma permanente la sudoración en el área original, una
complicación tardía común es la sudoración compensatoria en otras áreas generalmente abdomen, espal-
da, región glútea y piernas (8).
CONCLUSIONES
La hiperhidrosis primaria localizada es una enfermedad con gran impacto social y psicológico. Existe una
alta prevalencia de antecedentes familiares positivos y se cree que se basa en un mayor número y tamaño
de células ganglionares simpáticas y una mayor expresión de subunidades del receptor de acetilcolina en
los ganglios simpáticos. Es de especial importancia la historia clínica para poder descartar posibles causas
secundarias sistémicas o farmacológicas y definir el cumplimiento de los criterios diagnósticos.
Algunas pruebas de utilidad diagnóstica que permiten valorar de forma cualitativa y cuantitativa la hiperhi-
drosis son la prueba de Minor (utilizada con mayor frecuencia), prueba de ninhidrina, pruebas gravimétricas
y termoreguladoras, así como ciertas escalas como el DLQI o la HDSS, que permiten valorar tanto el efecto
de la terapia, como la mejoría en la calidad de vida de los pacientes.
El tratamiento tópico como los antitranspirantes a base de cloruro de aluminio corresponde a la primera
línea de tratamiento. Otras terapias como la toxina botulínica, la iontoforesis, la termólisis por microondas
o los tratamientos sistémicos están indicados para casos moderado-severos cuando la terapia tópica es
insuficiente o está contraindicada. El manejo quirúrgico mediante la simpatectomía torácica endoscópica
se reserva como última línea de tratamiento para casos graves, refractarios a otras terapias, tomando en
consideración las posibles complicaciones como la sudoración compensatoria.
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ANEXOS
Anexo 1. Criterios diagnósticos para hiperhidrosis focal primaria.
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