Aspectos relevantes de la infección por Streptococcus
agalactiae.
Relevant aspects of Streptococcus agalactiae infection.
Ana Lucia Chinchilla Ureña 1 Antony Orozco Barquero 2 Karol Calvo Arrieta 3 Rosa A. Ibarra Ureña 4
1, 2, y 4 Microbiólogos y Químicos Clínicos, Caja Costarricense de Seguro Social, Puntarenas, Costa
Rica. 3 Microbióloga y Química Clínica, Caja Costarricense de Seguro Social, San José, Costa Rica
Contacto: lucychur@gmail.com
RESUMEN
Streptococcus agalactiae es una bacteria Gram positiva en forma de coco, beta
hemolítica, clasificable mediante técnicas de serotipeo o MLTS en varios grupos,
con múltiples factores de virulencia y colonizante de los tractos gastrointestinales y
genitourinarios, la cual, en condiciones de inmunosupreción, diabetes o embarazo,
puede causar enfermedad invasiva.
Cuando una mujer gestante se encuentra colonizada, frecuentemente puede darse
transferencia vertical de este agente, causando múltiples enfermedades neonatales,
como: meningitis, sepsis, entre otras. Dichas enfermedades tienen graves conse-
cuencias que van desde neurológicas moderadas hasta la muerte, donde siempre
existe una prognosis desfavorable para los niños sobrevivientes.
El tamizaje, diagnóstico oportuno, profilaxis intraparto y la vacunación son estrate-
Cómo citar:
gias para combatir la enfermedad causada por estreptococos del grupo B.
Chinchilla Ureña, A.
L., Orozco Barquero,
Palabras clave: Streptococcus agalactiae, estreptococos del grupo B, neonatal.
A., Calvo Arrieta, K.,
& Ibarra Ureña, R. A.
ABSTRACT
Aspectos relevantes
de la infección por
Streptococcus agalactiae is a Gram-positive bacteria, cocci shaped, beta-hemolytic,
Streptococcus agalac-
classifiable by serotyping or MLTS techniques into various groups, with multiple vi-
tiae. Revista Ciencia
Y Salud, 5(3), Pág.
rulence factors and colonizer of the gastrointestinal and genitourinary tracts. Which,
95-107. https://doi.
in conditions of immunosuppression, diabetes or pregnancy, can cause invasive di-
org/10.34192/cien-
ciaysalud.v5i3.242
sease.
When a pregnant woman is colonized, vertical transfer of this agent can frequently
occur, causing multiple neonatal diseases, such as: meningitis, sepsis, among others.
These diseases have serious consequences that range from moderate neurological
15/ene/2021
to death, where there is always an unfavorable prognosis for surviving children.
17/mar/2021
The screening, early diagnosis, intrapartum prophylaxis, and vaccination are strate-
22/jun/2021
gies to combat the disease caused by group B streptococci.
Keywords: Streptococcus agalactiae, Group B Streptococcus, neonatal.
9
2021 Chinchilla Ureña et Al. vol 5, número 3 Junio - Julio 2021 DOI: https://doi.org/10.34192/cienciaysalud.v5i3.242
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Materiales y métodos:
Se realizó una recopilación de bibliografía disponible a la fecha, en la base de datos de acceso libre y es-
pecializada en las ciencias de la salud, PubMed. Para la búsqueda de estudios relacionados con el tema de
interés, se empleó la opción PubMed Advance Search Builder de la base de datos, con los términos Strepto-
coccus agalactiae, GBS, meningitis, neonatal, Group B Streptococci, vaccine. Se tomaron en cuenta aquellas
referencias para las que hubiera acceso al texto completo y se delimitó el análisis a aquellos que se adapta-
ran a las características de este trabajo. Adicionalmente, debido a la relevancia de este tema en Costa Rica,
se realizó búsqueda de bibliografía que mencionara datos del país y América Latina.
INTRODUCCIÓN
Los estreptococos del tipo B son bacterias con forma de coco, Gram positivas, beta hemolíticas (1). Si bien,
S. agalactiae puede no causar ninguna patología cuando se encuentra en tracto genitourinario o gastroin-
testinal, pero si se logra establecer en otro nicho (2) o en casos de adultos con inmunocompromisos, o con
condiciones como HIV, diabetes mellitus o alguna malignidad (3), puede ser sumamente invasivo y pato-
génico.
Y es debido a lo anterior que se hace crucial conocer acerca de las características generales del grupo, fac-
tores de virulencia, la clínica de la enfermedad que estas bacterias puede causar y sobre todo, la forma de
prevenir las infecciones dado que en algunas ocasiones pueden causar la muerte y la mayoría del tiempo,
secuelas severas o moderadas a nivel neurológico.
Generalidades del grupo:
Streptococcus agalactiae, estreptococos del grupo B, EGB (GBS del inglés Group B Streptococcus), son
bacterias Gram positivas, catalasa negativas, que se pueden observar en pares o en cadenas de cocos (1,3).
Cuando estas bacterias crecen en agar sangre, forman una colonia pequeña e incolora, capaz de producir
una hemolisis completa (beta hemolisis), esto se debe a la capacidad de S. agalactiae de producir una toxi-
na que lleva a cabo la lisis de los eritrocitos del medio (4).
El término estreptococos del grupo B para denominar a esta bacteria hace referencia a la clasificación que
Rebecca Lancefield estableció en la década de los años 30 para los estreptococos beta hemolíticos (5-6).
En el pasado, S. agalactiae era un patógeno de relevancia únicamente en medicina veterinaria, por ser el
agente causal de mastitis bovina. Es hasta 1938 que es identificado como un microorganismo patógeno en
seres humanos, porque se asocia a este con tres casos de sepsis puerperal (1,6-7).
Clasificación de EGB y su virulencia:
Streptococcus agalactiae es una especie altamente diversa, la cual puede ser clasificada haciendo uso de
técnicas de serotipeo y la tipificación de multilocus de secuencias (MLTS del inglés mutilocus sequence ty-
ping) (8). Las técnicas de serotipeo están basadas en los polisacáridos capsulares y mediante estas, el EGB
es categorizado en 10 tipos: Ia, Ib y del II al IX (9).
Los 10 tipos diferentes de polisacáridos capsulares juegan un papel importante en la virulencia de cada se-
rotipo, siendo los serotipos Ia, Ib, II, III y V los que con mayor frecuencia se han asociado a enfermedad (8).
Para la clasificación mediante MLTS, se emplea el perfil alélico de 7 genes conservados para así poder agru-
par a las diferentes cepas en tipos de secuencia (ST del inglés sequence types) que a su vez, pueden ser
agrupadas en complejos clonales (CC del inglés clonal complexes) (10). Muchos estudios han evidenciado
que el ST-17 un linaje del serotipo III, podría ser más virulento que otros ST´s (8,11). El ST-17 tiene genes
específicos que podría contribuir con su habilidad de causar cuadros de meningitis (12).
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Otras características de EGB que fungen como factores de virulencia son: el pili que posee que le facilita la
unión a superficies mucosas, un polisacárico rico en ácido siálico que podría confundir al sistema inmune de
los neonatos, pasando como células propias (3), su beta-hemolisina, la C5a-asa que es una serina esterasa
que se encarga de destruir el factor C5a del complemento (13).
Manifestaciones clínicas y enfermedad:
En adultos:
Los EGB colonizan de forma asintomática el tracto gastroinstetinal y genitourinario de adultos saludables,
en porcentajes que rondan del 20-30% alrededor del mundo (2,8). Principalmente pueden ser encontrados
en la membrana externa de la capa mucosa del colon y del intestino delgado (8,14).
En adultos mayores de 65 años, diabéticos o afroamericanos, la enfermedad por EGB es una causa impor-
tante de morbilidad y mortalidad. Las enfermedades de fondo como las malignidades, cardiopatías, obesi-
dad y diabetes, son factores en común en la mayoría de las enfermedades invasivas (15-16).
Las manifestaciones clínicas más frecuentes son bacteremias sin foco aparente e infecciones del tejido
blando (6). Las infecciones de tejido blando pueden manifestarse como celulitis, abscesos, infecciones
plantares y del pie o úlceras de decúbito (6).
Otras manifestaciones de enfermedad causada por S. agalactiae incluyen infecciones del tracto urinario,
estas no se han asociado a un serotipo de EGB en específico. En hombres, EGB se han asociado con pros-
tatitis, mientras que la bacteriuria en mujeres embarazadas es un factor de riesgo para colonización gesta-
cional tardía de estos estreptococos y para una enfermedad de inicio tardío en neonatos (17).
En mujeres embarazadas:
El embarazo es una condición que recientemente ha sido catalogada como factor de riesgo para padecer
enfermedad invasiva por estreptocos del grupo B (6). Se ha evidenciado que una mujer embarazada tiene
el doble de riesgo de desarrollar dicha condición que una mujer no embarazada (18).
Existen varios factores asociados a un mayor riesgo de colonización por parte de esta bacteria en mujeres,
tales como: ser afroamericanas, tener múltiples parejas sexuales, tener relaciones sexuales frecuentemente,
ser obesas, realizar lavado de manos con poca frecuencia, recibir sexo oral de su pareja (de hombre a mu-
jer), utilizar tampones, entre otros (3).
La colonización recto-vaginal asintómatica en esta población va desde el 5 al 30% (19). Inclusive, en una
revisión reciente a nivel mundial, se habla de que el 18% de las mujeres embarazadas en el mundo se en-
cuentran colonizadas, en las cuales el 98% de los aislamientos bacterianos eran serotipos del I al V (20).
Dicha colonización ha sido fuertemente asociada con endometriosis, nacimientos de niños muertos, partos
pre término y secuelas en el neonato debido a nacimiento prematuro (1,2).
Las mujeres embarazadas colonizadas por EGB pueden transmitirla a sus productos durante o antes del
parto. Se presume que dicha transferencia puede ser de tipo ascendente por la ruptura de membranas o
por contacto directo con la bacteria en los genitales durante el parto vaginal. La transmisión vertical de
madres a sus productos ocurre hasta en un 50% de las veces (3).
Cabe mencionar que la transmisión horizontal ha sido también descrita, ocurriendo a partir de otras madres
o contactos en la comunidad (3).
En neonatos:
Las complicaciones que se pueden dar en el neonato van comúnmente desde sepsis, meningitis, neumonía
y encefalopatía. S. agalactiae continúa siendo la primera causa de sepsis neonatal desde 1970.
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Estas complicaciones se deben al sistema inmune inmaduro característico los fetos y neonatos, que deriva
a su vez, en una mayor susceptibilidad ante infecciones por estreptococos beta hemolíticos (1,2,21), lo que
las convierte en una de las primeras causas de morbilidad y mortalidad neonatal.
Existen dos síndromes clínicos en neonatos de los que se puede responsabilizar a S. agalactiae, enferme-
dad de inicio temprano o EOD (del inglés Early Onset Disease) y enfermedad de inicio tardío o LOD (del
inglés Late Onset Disease). El primero de estos síndromes se manifiesta a los pocos días del nacimiento, en
la primera semana de vida (0 a 6 días), aunque la mayoría de los neonatos desarrolla la enfermedad en las
primeras 24 horas de vida (2, 21, 22). Típicamente, los infantes exhiben apnea o taquipnea, cianosis y respi-
ración fuerte, mientras que otros signos pueden incluir: letargia, distención abdominal, palidez, taquicardia,
hipotensión e ictericia (3).
La bacteremia es la enfermedad de inicio temprano más comunmente presentada y engloba un 80% de los
casos. Por otro lado, la meningitis y la neumonía representan en conjunto solo un 15% de las EOD (3).
La enfermedad de inicio tardío se da en el período comprendido entra la primera semana de vida y los 3
meses (7-89 días) (2, 21, 22). Al igual que en EOD, la bacteremia es la manifestación más común en este
síndrome, no obstante, la meningitis en este caso representa un 30% de los casos, mientras la osteomielitis,
la artritis séptica y el síndrome celulitis-adenitis son manifestaciones menos comunes (3).
Cabe destacar que a pesar de que en la mayoría de la literatura solo se describen dos síndromes en neo-
natos, existe un tercero. Este es conocido como enfermedad de inicio muy tardío, que se presenta entre
los 3 meses y el año de edad. Se asocia con muy bajo peso al nacer en prematuros y en niños término con
infección por HIV o una inmunodeficiencia. Sus manifestaciones clínicas más comunes son la bacterimia sin
foco infeccioso y la meningitis (3).
Incidencia en Costa Rica y América Latina:
En América Latina, la tasa de colonización genital por EGB ronda entre un 2 y un 30% según estudios reali-
zados en México, Colombia, Argentina y Brasil (23-25). En México, por lo general, no se realiza un tamizaje
por EGB, debido a que según estudios realizados en ese país, este microorganismo es una causa poco co-
mún de infecciones perinatales (26).
Una investigación realizada en Brasil reportó una prevalencia de EGB entre el 10-30% de las mujeres em-
barazadas (similar al presentado en las no embarazadas). Y en neonatos se presenta como un 35-30% de
probabilidades de una infección temprana (27).
En Colombia, en un estudio realizado entre 1994 y 2012 se reportó que la incidencia estimada de infecciones
neonatales fue de 1.34 por cada 1000 nacidos vivos (0.99 × 1000 nacidos vivos para la enfermedad de inicio
temprano y 0.35 × 1000 nacidos vivos para la enfermedad de inicio tardío) (28).
El único estudio sobre la presencia de Streptococcus del grupo B en mujeres gestantes realizado en el país
se publicó en el año 2004, e incluyó cultivos de tracto urinario, cultivos vaginales, hemocultivos y cultivos
de líquido amniótico. Se encontró una incidencia del 3.7% en los cultivos vaginales, 5.4% en los cultivos
urinarios, 28.5% en los cultivos de líquido amniótico y 0.3% en hemocultivos. La incidencia en cultivos de
tracto vaginal es menor que el reportado en la literatura para mujeres embarazadas (5-40%) (29-30), lo
cual los autores señalan pudo haber ocurrido porque no se utilizaron medios selectivos, sino únicamente
agar sangre y no se obtuvo en un rango de semanas de gestación específico, ya que en la mayoría de los
casos se tomó por una amenaza de parto prematuro, leucorragia o ruptura prematura de membranas (31).
Diágnostico diferencial en enfermedad neonatal:
Dado que no existe diferencia clínica en el cuadro de sepsis neonatal causada por patógenos como entero-
bacterias y Listeria sp., se debe hacer diagnóstico diferencial con estos. También se deben diferenciar los
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signos de afección respiratoria propios de la enfermedad por EGB de otras de origen no infeccioso como:
aspiración de meconio, síndrome de distrés respiratorio, entre otros (3).
Tratamiento en enfermedad neonatal:
El tratamiento empírico en neonatos con sospecha de sepsis neonatal consiste en administrar ampicilina y
un aminoglicosido (frecuentemente se usa gentamicina), que resultan en una combinación con efecto sinér-
gico más efectivo que cualquiera de los dos por separado en contra EGB. Una vez que se haya confirmado
que en sangre y en líquido cefalorraquídeo se tienen cultivos negativos y además exista una mejoría clínica,
se puede completar el resto del tratamiento haciendo uso solo de la penicilina G (3). Las dosis aplicadas y
la duración del tratamiento deben estar regidas por el foco y la severidad de la infección en curso (3, 32).
Cuando la presencia de EGB ha sido confirmada en el líquido cefalorraquídeo (LCR) de un neonato, se pue-
de administrar un tratamiento específico, el cual inicia con una penicilina G y si al 1-2 día de iniciado dicho
tratamiento se confirma que ya no hay presencia de EGB en el LCR, se continúa por 14 días como mínimo
con solo ese antibiótico. Si por el contrario, al 1-2 día post inicio de terapia aún estuviese positivo el líquido,
se debe evaluar continuar con el tratamiento de manera más prolongada. Adicionalmente, en caso de que
otras complicaciones fueran diagnosticadas, se puede mantener el tratamiento con antibiótico hasta por 4
semanas (3).
Prognosis en enfermedad neonatal:
El desenlace de una enfermedad causada por estreptococos del grupo B está directamente relacionada con
la severidad y sobre todo, con el sitio de infección. En el caso de la mortalidad neonatal, ronda los rangos
de 3 al 10% en EOD y del 1 al 6% en LOD (3).
Alrededor del 20 al 30% de los infantes con meningitis EOD o LOD, tendrán durante el resto de sus vidas
impedimentos o problemas neurológicos severos como ceguera cortical, pérdida de la audición bilateral,
parálisis cerebral o déficit motor severo. Además, otro 25% de los pacientes presentarán problemas neu-
rológicos moderados como hidrocefalia, convulsiones o retardos en el crecimiento y en el aprendizaje.
Mientras que, solo en un 51% de los pacientes se ha observado y demostrado la existencia de un desarrollo
normal acorde con su edad (3).
Prevención de la enfermedad:
Tamizaje de mujeres gestantes en las semanas 35-37:
El primer paso en la prevención de la enfermedad neonatal por S. agalactiae consiste en apegarse a las
guías que establecen el tamizaje de las mujeres gestantes entre las semanas 35 y 37 de embarazo (1,3). A
partir del resultado que se obtenga en dicho tamizaje, se recomienda administrar la profilaxis antibiótica
intraparto.
Es importante recalcar por qué se estableció el tamizaje en 35 a 37 semanas de embarazo o no más de 5
semanas antes del parto. Lo anterior es debido a que la colonización por EGB puede cambiar durante el
embarazo y esto hace que la colonización en etapas tempranas de la gestación no sea un dato predictivo
de enfermedad neonatal por el patógeno (33). Existen datos que estiman el valor predictivo negativo de
cultivos realizados en 5 o menos semanas antes del parto, ronda el 95 o 98% y el mismo disminuye en caso
de que lleve a cabo antes de ese período (33).
El primer paso para el tamizaje de mujeres embarazadas es la realización de un hisopado tanto de la parte
baja de la vagina como de la región perianal o rectal, en el período sugerido (33). El paso de realizar hiso-
pado de la región perianal o rectal es de suma importancia, ya que se ha demostrado que incrementa la
probabilidad de lograr cultivar e identificar el patógeno.
Posterior al hisopado, la muestra obtenida debe ser llevada al laboratorio de bacteriología con la mayor
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brevedad para su procesamiento o en caso de que no se pueda llevar en un tiempo corto, el uso de un
medio de transporte adecuado en conjunto con temperaturas de almacenamiento de 4°C y procesamiento
antes de transcurridas 24 h de la toma de muestra, deben ser considerados (33).
Independientemente de la metodología que se seleccione para la identificación posterior al cultivo de EGB
que se emplee, es necesario realizar un medio de enriquecimiento para el patógeno, dado que aumenta sus-
tancialmente la probabilidad de detección y evita hasta un 50% de falsos negativos por cultivo directo (33).
El medio selectivo de enriquecimiento más ampliamente utilizado es el caldo Todd- Hewitt suplementado
con ácido nalidixico (15 µg/ml) y gentamicina (8 µg/ml) o con colistina (10 µg/ml) (33).
Posterior a la etapa de enriquecimiento, se emplean los métodos de identificación que van desde los con-
vencionales como el aislamiento y repique en agar sangre y realización de la prueba de CAMP, identifica-
ción serológica con antisueros contra EGB y medios cromogénicos que detectan colonias beta hemolíticas
y los más novedosos como las técnicas de amplificación de ácidos nucleicos o NAAT (del inglés nucleic acid
amplification test) (33).
A pesar de que las técnicas NAAT son más rápidas que los métodos convencionales, aún no se apoya
que sustituyan a estos métodos y esto se debe a que como se sabe de la rapidez de las mismas, se podría
esperar hasta pocos días antes del parto para hacer la prueba y esto retrasaría el tratamiento antibiótico
profiláctico de la gestante (33).
Finalmente, las pruebas de susceptibilidad a antibióticos se sugieren únicamente en casos de mujeres alér-
gicas a las penicilinas que presenten alto riesgo de anafilaxis. En este caso, se debe testear la susceptibili-
dad a clindamicina (el agente más empleado en casos de alergia a la penicilina) y eritromicina (33).
Profilaxis intraparto:
La profilaxis intraparto también puede ser indicada a mujeres embarazadas que en cualquier momento del
embarazo hayan cursado con bacteriuria debida a EGB o que cuentan con historial de haber tenido pro-
genie que padeciera de enfermedad por EGB. También en mujeres que presenten alguno de los siguientes
factores de riesgo: una temperatura durante el parto igual o mayor a 38°C o 100.4 F, ruptura de membrana
por 18 o más horas, parto pretermino (menos de 37 semanas de gestación o una prueba NAAT positiva
durante el parto (3).
La definición de profilaxis intraparto es la indicación y administración de una penicilina (penicilina G, ampi-
cilina o cefazolina) al menos 4 horas antes del parto. La elección de antibiótico puede variar dependiendo
de si la mujer presenta alergia moderada o severa a las penicilinas, en cuyo caso se podrá optar por admi-
nistrar clindamicina o vancomicina (3).
Observación post- parto:
En la literatura existen recomendaciones que sugieren que cuando se dé un nacimiento, en el cual la madre
no se le haya realizado el tamizaje, es importante mantener al neonato en observación por al menos 2 días,
es decir 48h, a manera de lograr tratarlo a tiempo ante cualquier indicio de infección y enfermedad por EGB
(22).
Vacunación:
Recientemente, en el año 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó EGB como una priori-
dad en el desarrollo de una vacuna para inmunización materna, debido a que la mayor parte de los afecta-
dos por esta enfermedad se encuentran en países de escasos recursos (34).
El desarrollo de vacunas representa una opción esperanzadora para la prevención de los diferentes cuadros
causados por estreptococos del Grupo B. Se han obtenidos resultados prometedores de candidatos basa-
dos en polisacáridos capsulares y en proteínas de superficie, capaces de inducir producción de anticuerpos
100
funcionales y conferir protección contra la infección (35).
Las investigaciones llevadas a cabo actualmente se orientan en dos direcciones, desarrollar vacunas basa-
das en polisacáridos o basadas en proteínas.
Vacunas Basadas en Polisacáridos:
Vacunas Basadas en polisacáridos no modificados:
Fue el tipo usado en los ensayos de la primera generación de vacunas contra los EGB, inyectando los poli-
sacáridos tipo Ia, II o III en adultos saludables, incluyendo mujeres embarazadas. De estos, se obtuvo que el
tipo II fue el más inmunogénico. Sin embargo, fue evidente en los resultados que esta capacidad inmunogé-
nica debía ser mejorada (36-37).
Vacunas conjugadas Polisacáridos-Proteínas:
Buscan la potenciación de la generación de inmunidad ocasionada por los polisacáridos por medio de la
conjugación de estos con proteínas transportadoras. La segunda generación de estas vacunas se basa en
la conjugación de polisacáridos con proteínas altamente inmunogénicas con la intención de desarrollar una
respuesta inmune fuerte y duradera (38).
Vacunas que usan el toxoide tetánico, conjugado con uno de los polisacáridos (Ia, Ib, II, III, IV, V, VI, VII and
VIII) mostraron facultad para desarrollar respuesta inmune mayor que las basadas en polisacáridos no mo-
dificados, teniendo mejores resultados las que incluyen el Polisacárido tipo III (39).
Vacunas conjugadas multivalentes:
A diferencia de las anteriores, este tipo incluye una combinación de polisacáridos conjugada con el toxoide
tetánico, con el fin de obtener una respuesta inmune con un espectro más amplio, que brinde protección
contra las cepas causantes de enfermedad que son aisladas con mayor frecuencia. Estas han arrojado re-
sultados exitosos en modelos animales y su inocuidad e inmunogenicidad ha sido probada en adultos sanos
(40-41).
Vacunas basadas en proteínas:
Orientadas a proteínas expuestas en la superficie celular, con el fin de que sean más accesibles a los anti-
cuerpos generados, además de conservadas y expresadas en una amplia variedad de cepas. Los antígenos
proteicos son capaces de generar respuestas de anticuerpos dependientes de células T, logrando inmuni-
dad más duradera.
La aplicación de técnicas de secuenciación, de ADN recombinante y la posibilidad de completar genomas
bacterianos ha favorecido la identificación de nuevas proteínas que puedan ser candidatas a usarse como
vacunas (42-43). Algunas de las proteínas que han sido usadas como potenciales candidatos a vacunas
son los componentes α y β del complejo Proteína C, la proteína inmunogénica de superficie (SIP) y la Seri-
na-proteasa C5a peptidasa (44-46).
Es importante mencionar que técnicas novedosas como la mencionas y otras como la aplicación de la bioin-
formática a la vacunación inversa abren nuevas posibilidades para la creación de candidatos vacunales más
existosos.
Población meta de la vacunación:
Mujeres embarazadas
Son la principal población a la que se dirigen los esfuerzos de creación de una vacuna contra este tipo de
estreptococos, a fin de evitar los cuadros producidos en neonatos. Idealmente deberían ser vacunas al inicio
del tercer trimestre, a fin de incluir en la protección un estimado del 30% de los casos de infección que se
101
presentan en los partos prematuros.
Adultos no gestantes
Los adultos mayores y personas con alguna condición que cause inmudeficiencia o inmunosupresión cons-
tituyen el otro grupo de interés en el desarrollo de vacunas. Estudios han mostrado que no hay diferencias
significativas en la respuesta inmune desarrollada a partir de las candidatas a vacunas contra los EGB (47).
Conclusiones:
A pesar de que los EGB suelen ser colonizantes del tracto gastroinstestinal y genitourinario, en la actualidad
se conoce de las enfermedades que pueden causar en adultos jóvenes con compromisos inmunológicos o
con condiciones de fondo, en adultos mayores, en mujeres embarazadas y en neonatos.
Si bien, a la enfermedad en adultos muchas veces no se le ha tomado tanta importancia, se debe reconocer
que las manifestaciones clínicas de esta enfermedad pueden causar relevantes problemas en esta pobla-
ción, principalmente a nivel de tejidos blandos.
En población neonatal, se han descrito múltiples manifestaciones, la mayoría son de gran gravedad. Es por
esta razón que las infecciones por S. agalactiae en dicha población representan a largo plazo problemas
neurológicos que van de severos a moderados.
En América Latina, incluyendo Costa Rica, existen pocos estudios acerca de la tasa de colonización, la pre-
valencia y la incidencia de esta infección o colonización en la población gestante. Lo anterior evidencia que
en la mayoría de los países de la región es necesario realizar esfuerzos en materia de prevención y difusión
de la información relacionada con la patología que puede causar este agente.
La prevención de las infecciones por S. agalactiae es de suma importancia en materia de salud pública.
Pese a que con el establecimiento de programas de tamizaje de las embarazadas de 35-37 semanas de
gestación, se han logrado grandes disminuciones en la incidencia de la enfermedad neonatal, esta no se ha
logrado eliminar del todo y es por esta razón, que la investigación de este patógeno debe continuar.
De igual manera, el estudio y desarrollo de candidatos vacunales con ayuda de las herramientas actuales
de secuenciación, ADN recombinante y vacunación inversa, representa una alternativa capaz de prevenir la
enfermedad por estreptococos del grupo B, que a su vez evitará los problemas asociados a esta y disminui-
rá el uso de antibióticos en la profilaxis intraparto.
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