Enfoque práctico del paciente con Ictericia.
Practical approach of the icteric patient.
Maria Angelica Montero Rojas1 Andrea Peña Montenegro2 Luis Felipe Loaiza Sáenz3 Kevin Josué
Oviedo Pérez4Breidy Baltodano Torres5
1,2,3,4 y 5 Médico general. Trabajador independiente, San José Costa Rica.
Contacto: mari.montero.rojas@hotmail.com
RESUMEN
La ictericia, patología sumamente común en cualquier escenario clínico, se da porque
la bilirrubina al ser un metabolito de la descomposición del grupo Heme que debe
ser metabolizado en el hígado y ser parte de la absorción de ciertos nutrientes en el
tracto intestinal, presenta muchos puntos donde su metabolismo o función se puede
ver afectada. Existe una gran gama de posibles etiologías para su aparición, en las
cuales la edad, estilo de vida y comorbilidades del paciente deben ser tomados en
cuenta. Una historia clínica minuciosa de síntomas actuales, antecedentes familiares,
medicamentos utilizados, entre otros, es esencial en conjunto con un examen físico
detallado, enfocándose en signos directos e indirectos de alguna patología causante.
Los exámenes de gabinete como las enzimas hepáticas, pruebas de coagulación
y anticuerpos virales apoyan las sospechas clínicas presentadas. De igual manera,
el avance de la tecnología y mayor disponibilidad de ultrasonidos, tomografía
y resonancia magnética facilitan el diagnóstico en estos pacientes. Lo anterior
presenta una mayor facilidad y rapidez al realizar el tratamiento correspondiente a
estos pacientes.
Palabras Clave: Ictericia, Hiperbilirrubinemia, Fisiología, Secreción Biliar,
Cómo citar:
Hiperbilirrubinemia Conjugada,Hiperbilirrubinemia No conjugada.
Montero Rojas, M. A.,
Peña Montenegro, A.,
Loaiza Sáenz, L. F. .,
ABSTRACT
& Oviedo Pérez, K. J.
Enfoque Práctico del
Jaundice, extremely common pathology in any clinical scenario, bilirubin being a
Paciente con Ictericia.
Revista Ciencia Y
metabolite of the decomposition of the Heme group that must be metabolized in
Salud Integrando
the liver and be part of the absorption of nutrients in the intestinal tract, it presents
Conocimientos, 5(5),
many pathways where its metabolism or function may be affected. There is a wide
doi.org/10.34192/
range of possible etiologies when it occurs, where the patients age, lifestyle and
cienciaysalud.v5i5.295
comorbidities of the patient must be taken into account. A thorough medical history
of current symptoms, family history, medications used, among others, is essential
in conjunction with a detailed physical examination, not only looking for direct but
indirect signs of any probable pathology. The different tests that support clinical
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suspicions such as liver enzymes, coagulation tests and viral antibodies, as well as
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the improvement with technology and greater availability of ultrasound, tomography
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and magnetic resonance imaging may facilitate diagnosis in these patients, thus giving greater ease and
speed within treatment. .
Keywords: Jaundice, Hyperbilirubinemia, Physiology, Bile secretion, Conjugated hyperbilirubinemia,
Unconjugated hyperbilirubinemia
INTRODUCCIÓN
La ictericia conocida también como hiperbilirrubinemia es una decoloración amarillenta de la piel resultante
de un exceso de bilirrubina. El rango normal de bilirrubina total es de 0.0 mg/dL a 1.0 mg/dL y la ictericia
se vuelve aparente cuando sus niveles alcanzan al menos el doble de este rango (1-3). Esta patología puede
resultar de distintos orígenes. Se podrían valorar tres sitios específicos en los cuales al sufrir una noxa
pueden generar ictericia.
Con respecto de la ictericia pre hepática secundaria a un aumento de hemolisis, su etiología puede ser
tanto congénita (talasemias, esferocitosis, etc) o adquirida como en la hemolisis autoinmune, transfusiones
sanguíneas o trauma. Se vuelve importarte recalcar que la clínica variará significativamente secundaria a la
patología causante de la destrucción eritrocitaria.
En el caso de la ictericia hepática, se reconocen como causas los desórdenes adquiridos o congénitos que
provocan una extracción alterada de la bilirrubina plasmática, por lo que se conjuga y excreta erróneamente.
Además de lo anterior, puede existir una afectación directa los hepatocitos, ya sea de etiología viral o
medicamentosa. Algunos ejemplos de causas congénitas de ictericia hepática se mencionan los síndromes
de Crigler Najjar, Gilbert´s, Rotor´s, Dubin Johnson, entre otros.
Con respecto a la ictericia extra hepática o ictericia obstructiva, esta última es la más común en la práctica
quirúrgica, causada por interferencia en la salida del flujo del sistema biliar, por la obstrucción del lumen
del árbol biliar. Usualmente es secundaria a coledocolitiasis, pero también se presentan malignidades de la
propia vía o de órganos a su alrededor, causando así compresión (4,5).
Metabolismo de la Bilirrubina
La bilis es una solución acuosa producida y secretada por el hígado. Aproximadamente 80% se deriva
del metabolismo de la hemoglobina y se encuentra compuesta por fosfolípidos, colesterol, sales biliares,
electrolitos, agua y bilirrubina conjugada(BC) (6,7). Se requiere de múltiples protagonistas en la producción
y secreción de la bilirrubina como lo son los colangiocitos, hepatocitos y vías biliares permeables para
su transporte (6). El proceso de producción se lleva a cabo en las células reticuloendoteliales, células
fagociticas (Kuffer), donde se realiza el quebrantamiento de moléculas de heme presentes en la hemoglobina,
mioglobina, citocromos, catalasas y triptófanos; presentando como resultado el producto metabólico
llamado bilirrubina (7). El grupo heme es convertido a biliverdina mediante la reacción de catalización de
la oxigenasa heme mononuclear y posteriormente sufre una reducción adicional mediante la reductasa de
biliverdina para conseguir el producto inicial, la bilirrubina no conjugada (BNC). Adicionalmente se conjuga
con el glucuronato para crear bilirrubina conjugada en el hígado. La excreción de la bilirrubina requiere que
esta se encuentre en estado hidrofílico mediante el quebrantamiento de enlaces de hidrógeno a través de
la conjugación de ácido glucurónico de las cadenas de ácido propiónico de la bilirrubina (7).
Una característica importante de la BNC es que esta se une a la albúmina plasmática y a proteínas de bajo
peso para su transporte, esto se cree previene la salida de la bilirrubina desde el espacio intravascular. Dado
que es una molécula polar e lipofílica la convierte en la responsable por toxicidades como el Kernicterus (7).
Manejo del Paciente Ictérico
Historia Clínica
Los pacientes con ictericia, en su mayoría, consultan por medio del servicio de emergencias, se debe
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hacer una historia clínica con el objetivo de identificar posible etiología de la ictericia, manifestaciones de
hiperbilirrubinemia, órganos comprometidos y complicaciones, además de los siguientes pasos a tomar en
la evaluación del mismo (1,2).
Estos son algunos síntomas que los paciente pueden presentar, sin embargo no se limitan a: coloración
amarillenta de la piel, prurito, alteración del estado mental, fatiga, anorexia, vómitos, pérdida no intencional
de peso, aumento de peso dado el edema, distensión abdominal, diarrea, dolor abdominal, sensación febril,
entre otras. Sin embargo, los pacientes que presentan un aumento de BNC pueden presentar los síntomas
mencionados o asintomáticos durante un examen de rutina (7,8).
Como se ha mencionado anteriormente, la historia de la patología actual debe incluir detalles minuciosos
como inicio del cuadro, duración, si el mismo ha sido fluctuante o en aumento y progresión, dado que
los síntomas pueden llegar a ser inespecíficos, además de historia familiar relevante con posibles causas
hereditarias (hemocromatosis, enfermedad de Wilson, anemias hemolíticas) (4,7).
La presentación de ciertos síntomas hace que algunas patologías sean de mayor probabilidad: dolor
abdominal de predominio en cuadrante superior derecho sugiere enfermedad colestásica, también si es
acompañado al dolor abdominal y/o el paciente indica fiebre, puede estar señalando un proceso infeccioso.
La pérdida de peso involuntaria puede indicar cuadro de malignidad o proceso crónico (4,7).
El estilo de vida también debe ser interrogado en personas jóvenes presentándose con una historia de
pocos días de presentación se asocia mayoritariamente con hepatitis virales, conductas de riesgo como el
uso de drogas intravenosas, experiencias sexuales casuales o viajes recientes, hacen que la hepatitis B sea
la causa más probable; hepatitis A, C y E se presentan rara vez en estos pacientes (5). Se debe indagar en
medicamentos prescritos, naturales o drogas, ya que la lista de estos productos que afectan el metabolismo
de la bilirrubina es variada, incluyendo los medicamentos que llegan a hacer hepatotóxicos (9).
La Hepatitis alcohólica es un diagnóstico clínico que se define como: inicio de ictericia dentro de los 60 días
de consumo de alcohol excesivo (más de 50 g/dia) por un mínimo de 6 meses, con bilirrubinas mayores a
3mg/dL, AST elevada 50-400, radio AST/ALT mayor a 1.5 y sin hallazgos de otra causa de hepatitis (4,10).
La historia de consumo de alcohol con tanta frecuencia y cantidad se vuelve importante dado que el daño
hepático por dicha sustancia es de la etiología más común en la población (5). El consumo excesivo de
alcohol puede provocar hígado graso, esteatosis, hepatitis alcohólica y eventualmente cirrosis. La hepatitis
alcohólica se caracteriza por inicio súbito de ictericia, hepatomegalia y signos sugestivos de respuesta
inflamatoria sistémica.
Hallazgos al examen físico
El examen físico debe incluir peso y estatura para calcular el índice de masa corporal. La manifestación
clínica de la ictericia representada por coloración amarillenta de la esclera (ictericia escleral) se vuelve
evidente cuando los niveles de bilirrubina exceden 3mg/dl (11). El abdomen debe ser cuidadosamente
examinado para la posible identificación de masas y hepato-esplenomegalia. Pacientes con dolor localizado
en hipocondrio derecho a la inspiración profunda (signo de Murphy) pueden indicar colecistitis aguda, la
ley de Courvoisier indica que si un paciente presenta ictericia, la vesícula biliar es palpable y se encuentra
distendida, la ictericia es poco probable que sea causada por un lito. Se deben buscar signos y estigma de
enfermedad hepática crónica, entre ellos: eritema palmar, contractura Dupytren, asterixis, ginecomastia,
cabeza medusa, ascitis y edema (4).
Otros hallazgos físicos que pueden guiar el diagnóstico incluyen: decoloración grisácea de la piel en
hemocromatosis, anillos de Kayser Fleischer en la enfermedad de Wilson. A partir del hallazgo de ganglio
supraclavicular izquierdo (nódulo de Virchow) se debe sospechar de malignidad (9,12).
Es importante considerar diagnósticos diferenciales, los cuales incluyen anemia hemolítica, reabsorción
de hematomas y carotenemia, de los cuales su abordaje y discusión no serán abordados en este artículo,
sin embargo esta última es importante distinguirla dado que se debe en un aumento de la coloración
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amarillenta de la piel pero sin aumento de bilirrubina. Asimismo, tampoco presenta coloración amarillenta
de escaleras limitándose a áreas como manos y pies (8).
Laboratorio y Gabinete
En la evaluación del paciente con ictericia, los laboratorios determinan ciertos patrones que dejan en
evidencia dónde puede estar la etiología subyacente (13), además de la bilirrubina, se deben realizar
los laboratorios comúnmente llamados pruebas de función hepática, a pesar de que no se encuentran
relacionadas directamente con su funcionamiento (9). Las pruebas incluyen la fosfatasa alcalina (FA),
alanina y aspartato aminotransferasa, (ALT y AST, respectivamente) y gamma glutamil transferasa (GGT)
(3,13). En general, los laboratorios que reflejan lesión hepática son ALT, AST, fosfatasa alcalina y bilirrubina.
La función hepatocelular se puede valorar mediante marcadores como: albumina, bilirrubina y tiempo de
protrombina (1).
La valoración inicial del paciente con ictericia se basa en identificar si la hiperbilirrubinemia es resultado de
bilirrubina conjugada o no conjugada (3), esto permite facilitar la identificación de la causa de la ictericia, es
decir, prehepática, hepática o posthepática (9). Adicionalmente es adecuado realizar un hemograma para
la evaluación y detección de anemia y presencia de hemólisis o hiperesplenismo con trombocitopenia (7).
Asimismo, es de frecuente uso la valoración de distintos marcadores y estudios complementarios como:
● Fosfatasa alcalina: producida principalmente en el hígado, pero también se encuentra en hueso y
en poca cantidad en intestinos, riñón y células blancas. Hay aumentos fisiológicos de la FA asociados a
crecimiento óseo y en embarazo (producido por la placenta), y en patologías asociado a enfermedad
colestásica, obstrucción de conductos biliar común, colangitis biliar primaria, colestasis intrahepática
o colestasis por medicamentos. Cuando solo se encuentra elevada la FA, el medir la GGT puede
determinar si el aumento de FA es de origen hepático o no (12).
● GGT: abundante en el hígado, presentes en otros órganos pero no el hueso, por esto se usa para
diferenciar el origen de la FA. Los aumentos de la GGT se dan por obesidad, exceso de alcohol e
inducción medicamentosa. A pesar de la poca especificidad, es uno de los mejores predictores de
mortalidad hepática (12).
● AST y ALT: enzimas presentes en los hepatocitos liberadas en caso de daño celular. ALT es la enzima
considerada más hepato específica en caso de inflamación, en comparación con AST, al ser producida por
los hepatocitos y encontrarse predominantemente en el hígado. En comparación, la AST se encuentra
presente en concentraciones importantes, no solo en hígado, sino en músculo esquelético, cardíaco y
liso; a pesar de esto, la AST es más sensible como indicador de lesión hepática relacionada con alcohol
(12). Concentraciones elevadas de aminotransferasas de más de 1000 U/L se presentan en lesiones
hepáticas agudas con daño celular típicas de isquemia, secundario a toxinas hepáticas o comúnmente
hepatitis virales agudas. La elevación de estas enzimas y su patrón dan una sospecha clínica sobre los
posibles diagnósticos, si sus valores de AST son menores a 8 veces, el valor normal y ALT es menor de
5 veces. El diganóstico diferencial posible es hepatitis alcohólica; si ambas se encuentran menos de 4
veces del valor normal, es posible enfermedad grasa hepática no alcohólica, en valores extremos como
ya mencionamos antes, más de 25 veces se sospecha de hepatitis aguda o relacionada con toxinas
y más de 50 veces los diagnósticos más probables con isquemia o shock hepático (1). Es importante
recalcar que en casos de enfermedad hepática crónica estos marcadores presentan menor relevancia
dado que pueden estar elevados o pueden encontrarse en valores normales, secundario a un mínimo
de células sanas en el parénquima (7,11).
● Bilirrubinuria: es definida como la presencia de bilirrubina en orina identificada por urianalisis, su
presencia es lógicamente anormal y podría ser el primer indicador de enfermedad seria hepatobiliar
antes de que la ictericia clínica aparezca. La BNC presenta solubilidad en grasa pero no en agua por lo
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que no puede ser excretada mediante el riñón, por lo tanto, la presencia de bilirrubina en orina indica
un predominio de bilirrubina conjugada (14).
● El hemograma es beneficioso para la determinación de hemólisis, el cual se caracteriza por daño en
células rojas y aumento de reticulocitos. Como se mencionó anteriormente, es importante recordar que
un aumento mayor a 3 mg/dl de bilirrubina total (BT) ocasiona que se torne clínicamente aparente. La
hiperbilirrubinemia es de predominio no conjugado cuando la bilirrubina conjugada es menor al 15% de
la BT. En contraste con la hiperbilirrubinemia conjugada, la BC es mayor a 20% de la BT (7,8).
La hiperbilirrubinemia puede también ser causada por infecciones, enfermedades autoinmunes y
desórdenes genéticos, por esto son útiles laboratorios como serología de hepatitis, estudios del hierro
o anticuerpos en búsqueda de estas patologías (4,15).
Estudio de Imagen
Después de la evaluación del paciente con lo anteriormente mencionado, realizar un ultrasonido
transabdominal es de vital importancia, entre los estudios que se pueden realizar, este es poco costoso y no
invasivo. Al realizarlo, se deben buscar datos de dilatación intra o extrahepática, vesícula biliar distendida
o contraída y presencia de litos tanto en la vesícula como en el árbol biliar. La presencia de enfermedad
neoplásica extrahepática causa dilatación biliar detectable, también se deben describir las características
del hígado, parénquima y ecogenicidad, si hay presencia de lesiones sólidas o quísticas. En la obstrucción
por litos biliares por la naturaleza intermitente del cuadro, puede presentar un ultrasonido normal, pero una
clínica altamente sugestiva sugiere realizar otros estudios (4,5).
El ultrasnido con elastografía transitoria (Fibroscan) es usado para medir el grado de rigidez del parénquima
hepático, es ventajoso sobre la biopsia al ser aún un procedimiento no invasivo (5). Otro tipo de ultrasonido
que se puede realizar es un ultrasonido endoscopio, utilizado en su mayoría para el estadiaje de masas
periampulares (4).
El TAC con doble medio de contraste puede mostrar la dilatación de la vía biliar y el nivel de la obstrucción,
además de posibles cambios de enfermedad hepático crónica como ascitis, varices y eplenomegalia.
Entre otros estudios de imagen se encuentran la resonancia magnética colangiopancreatografia y
colanggiopancreatografía retrograda, la primera ha empezado a reemplazar a la segunda, al detallar el
árbol biliar sin ser invasivo (4).
Estos estudios se valorarán para la búsqueda de dilatación en el árbol biliar, tumores, litos o datos falla
hepática.
TRATAMIENTO
La hiperbilirrubinemia es una manifestación de una gran gama de enfermedades más que una enfermedad
aislada propiamente. El tratamiento es variable según su etiología, todos los medicamentos hepatotóxicos
deben ser suspendidos hasta determinar la causa de la hiperbilirrubinemia conjugada, dado que estos
pueden producir progresión del daño hepático (7). Si la posible etiología se trata de una hepatitis alcohólica,
la piedra angular del tratamiento se basa en ingesta nutricional adecuada y abstinencia. Aproximadamente
el 10-20% de pacientes evoluciona a cirrosis en contraste con un 10% que presentan regresión del daño
hepático (10).
En la hepatitis alcohólica existen modelos para determinar la severidad de la hepatitis en búsqueda de
determinar que los pacientes se favorecerán de una intervención farmacológica. El factor discriminante
de Maddrey (MDF) incluye bilirrubina sérica total y protrombina con el objetivo de segregar pacientes con
mortalidad mayor a 50% en los próximos 28 días. Los pacientes con MDF mayor a 32 son considerados
a beneficiarse con el uso de terapia esteroidea. La escala de Lille obtiene datos del principio y final de la
primera semana de la terapia esteroidea para valorar respuesta y necesidad subsecuente de tratamiento.
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Con respecto a estos pacientes con hepatitis alcohólica severa con o sin encefalopatía, son candidatos a un
curso corto de prednisolona (40 mg/día por 28 días). Se vuelve importante mencionar que la prednisolona
es preferida a la prednisona, dado que no requiere metabolismo hepático para su actividad, sin embargo
siempre deben tomarse en cuenta contraindicaciones para uso de esteroides (ej: sangrado gastrointestinal,
pancreatitis severa, diabetes no controlada, infección activa o insuficiencia renal). La abstinencia y la
adecuada ingesta nutricional es el pilar del tratamiento de la hepatitis alcohólica, aproximadamente un 10%
de estos individuos presenta regresión de la lesión hepática con la abstinencia (10).
En casos de colelitiasis donde los pacientes no son candidatos a cirugía o declinan la cirugía se puede
considerar el uso de sales biliares orales (ácido ursodeoxicólico 10 mg/kg/día), los cuales reducen la
secreción biliar de colesterol, provocando la disolución de litos de colesterol. Otra alternativa constituye
la litotripsia extracorpórea por ondas de choque, sin embargo cuenta con contraindicación en casos de
colecistitis, pancreatitis biliar, coledocolitiasis, embarazo y coagulopatías. Es importante recalcar que los
pacientes tratados como los anteriormente mencionados presentan recurrencia de litos en un 50% versus
70% respectivamente (7).
CONCLUSIONES
Se vuelve de vital importancia frente a un paciente que presenta clínicamente ictericia realizar un trabajo
en equipo interprofesional para utilizar los recursos, completar estudios y lograr identificación adecuada de
la etiología causante y así ofrecerle el mejor tratamiento para evitar posibles complicaciones, morbilidad y
mortalidad relacionada con el cuadro. Igualmente, es fundamental la importancia de la comunicación abierta
entre el médico y el paciente para generar conciencia de las enfermedades prevenibles como la hepatitis
y alcoholismo, asimismo como educación a pacientes portadores de antecedentes heredofamiliares de
cáncer hepatobiliar para reconocer signos y síntomas tempranos de ictericia asociada.
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