Estridor secundario a cuerpo extraño en esófago.
Stridor secundary to an esophageal foreign body.
Raquel Herrera-Rodríguez1 Gabriela Jiménez-Arguedas2 José Pablo Gutiérrez Schwanhauser 3
1,2 y 3 Médico Especialista. Caja costarricense seguro social, San José Costa Rica.
Contactos: gabyjimeneza@gmail.com
RESUMEN
Se trata de un masculino de 8 meses con historia de un mes de estridor que acude en
múltiples ocasiones al servicio de emergencia sin mejoría. Se le realizaron dos radio-
grafías de tórax que estaban normales. Por persistir sintomático se realizó broncosco-
pía que evidenció una compresión de la tráquea y posteriormente se visualiza un
cuerpo extraño en esófago. Se lleva a sala de operaciones para gastroscopía y se
logra extraer sin complicaciones una uña acrílica. No se documentaron perforaciones.
El niño evoluciona satisfactoriamente. La ingesta inadvertida de un cuerpo extraño
radiolúcido debe ser considerada dentro de las causas poco frecuentes de estridor.
Palabras Clave: Estridor; cuerpo extraño; lactante; esófago
ABSTRACT
The patient was an 8 month-old boy with history of 1 month of persistent stridor. He
consulted multiple times to the emergency department with no improvement. He had
to normal chest x-rays. Because of persistent symptoms he underwent a brocoscopy
that visualized a tracheal compression and a foreign body in the esophagus. The
pa-tient was transferred to de operating room for a gastroscopy and uneventful
Cómo citar:
removal of an acrylic nail. He remained asymptomatic. Unvisualized ingestion of a
Herrera Rodríguez, R.
radiolucent foreign body has to be considered in the differential diagnosis.
., Jiménez Arguedas,
G., & Gutiérrez
Schwanhauser,
Keywords: Stridor; foreign body; infante; esophagus.
J. P. . Estridor
secundario a cuerpo
extraño en esófago.
Revista Ciencia Y
Salud Integrando
Conocimientos, 5(4),
Pág. 87-91. https://
doi.org/10.34192/
cienciaysalud.
v5i4.330
01/jun/2021
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CASO CLÍNICO
Paciente masculino de 8 meses, conocido sano, sin antecedentes perinatales de im-portancia. Con historia
de un mes de evolución de presentar estridor que había ido incrementando. Inicialmente era asociado con
vómitos postprandiales, tos y rinorrea, pero posteriormente no presentaba ninguna otra sintomatología.
Paciente consulta en repetidas ocasiones al servicio de emergencias donde es manejado con esteroides
intramuscualres, orales, antibióticos y antitusivos, sin mejoría del cuadro. Además, contaba con dos
radiografías de tórax sin hallazgos patológicos.
Ante la persistencia del estridor bifásico se realiza broncoscopía en la cual se descri-be a nivel de la
tráquea una compresión extrínseca pulsátil en la región de la arteria innominada y además se observa
cuerpo extraño en esófago; resto de estudio sin alteraciones (figura 1).
Figura 1. Broncoscopía donde se evidencia compresión extrínseca de la tráquea a nivel de arteria
innominada.
Figura 2. Gastroscopía con evidencia de cuerpo extraño a nivel de tercio superior de esófago.
El paciente es llevado a sala de operaciones para extracción de cuerpo extraño (CE) , se realiza gastroscopía
que evidencia a nivel de tercio superior del esófago una uña acrílica como la causante de una reacción de
CE, lográndose extraer a primera inten-ción, sin complicaciones (figura 2 y 3). Posterior a procedimiento se
realiza esofago-grama sin documentarse perforación esofágica.
Debido al hallazgo endoscópico de compresión extrínseca de la tráquea se realiza angiotac de tórax para
descartar anillo vascular, sin embargo no se observa ninguna malformación vascular ni anatómica y se
concluye que dicha compresión es secunda-ria a proceso inflamatorio por reacción de CE.
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Un mes después de la extracción del CE, se realiza broncoscopía control con diag-nóstico de anatomía de
la vía aérea normal. El paciente cursa totalmente asintomático.
Figura 3. Uña acrílica extraída de esófago.
Clasificación de espina bífida.
La espina bífida oculta se debe a la falta de fusión de las mitades embrionarias de uno o más arcos neurales
en la línea media, este defecto es común en las vértebras L5 o S1; este se puede observar como un pequeño
penacho de pelos en la superficie indicando su presencia. La espina bífida quística contiene la protrusión
de la médula espinal, meninges o ambas a través de los arcos vertebrales, formando una estructura llamada
quiste meníngeo. Cuando el quiste contiene meninges y líquido cefalorraquídeo, el defecto se denomina
espina bífida con meningocele (3).Si el tejido nervioso con las meninges están contenidos en el interior de un
quiste meníngeo, el defecto se denomina espina bífida con mielomeningocele. El tipo más grave de espina
bífida se denomina mielosquisis, el cual corresponde a falta de fusión de pliegues neurales, resultando en
una médula espinal aplanada (3).
El nivel de lesión determina la zona dérmica sin inervación y los grupos musculares afectados. La parálisis
de los esfínteres (vesical o anal) es frecuente en el mielomeningocele, acompañado a esto se produce una
anestesia en silla de montar 4. Algunos casos de mielomeningocele se asocian a craniolacunia (desarrollo
anómalo de la bóveda craneal); el resultado es la aparición de áreas de depresión no osificadas en las
superficies internas de los huesos planos de la bóveda craneal (4). La mielosquisis suele cursar con parálisis
o debilidad permanente de los miembros inferiores (4).
DISCUSIÓN
En 1962, se reportó el primer caso de ingestión de cuerpo extraño (CE) cuando un príncipe de 4 años,
“Federico el Grande” se tragó la hebilla de su zapato (1). La ingesta de CE tiende a ocurrir usualmente en
niños pequeños de 1 a 4 años (2,3). Esto se debe a su comportamiento exploratorio, control inmaduro de la
de-glución y ausencia de molares y premolares (1). Los CE más comúnmente ingeri-dos o aspirados son las
monedas y las baterías planas (4,5).
La mayoría de los CE ingeridos atraviesan el tracto gastrointestinal sin complica-ciones (80%), sin embargo,
en ocasiones se alojan en lugares fisiológicos estre-chos. El esófago es uno de los sitios más comunes
donde se localizan y se pre-sentan con sintomatología como sialorrea, disfagia o vómito. Cuando la ingesta
pasa inadvertida y el CE en esófago se vuelve crónico, puede manifestarse hasta en un 72% con síntomas
respiratorios como: tos, estridor, sibilancias, apnea y neumonía (6,7).
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Pacientes con una ingestión no presenciada representan un desafío para el clí-nico. En este caso, el
diagnóstico fue tardío debido a que el motivo de consulta fue estridor y no se sospechó de una ingesta de
un CE. Las infecciones respira-torias y asma son causas frecuentes de estridor y sibilancias, mientras que
un cuerpo extraño en esófago es raro. En la literatura se describen solamente 17 casos desde 1992 hasta
2012 (7). Un diagnóstico tardío en estos pacientes tiende a incrementar el riesgo de complicaciones (8). La
retención de un cuerpo extraño en el esófago puede producir ulceración de la mucosa, inflamación y algunas
complicaciones potencialmente mortales como absceso paraesofágico o retrofa-ríngeo, mediastinitis,
empiema o perforaciones esofágicas(9).
Varios mecanismos han sido propuestos para explicar los síntomas respiratorios secundarios a un CE
esofágico, debido a que la mayoría quedan retenidos a ni-vel del músculo cricofaríngeo (10). La proximidad
de la vía aérea al esófago par-cialmente obstruido predispone a la aspiración traqueal y a la neumonía
(11). También los síntomas respiratorios pueden ser secundarios a la compresión tra-queal por la presión
directa de la pared posterior membranosa de la tráquea (que es particularmente blanda en lactantes y niños
pequeños) por el propio CE o por la dilatación esofágica consecuente y a la extensión directa de la reacción
inflamatoria a la laringe y la tráquea (11).
Si el CE se localiza por encima del músculo cricofaríngeo se recomienda larin-goscopía directa; para objetos
localizados por debajo de este músculo el con-senso es utilizar endoscopio flexible (12). La gran mayoría se
extraen sin compli-caciones, como este caso, pero dependiendo de la naturaleza y el tiempo de evolución
se pueden presentar complicaciones como las anteriormente descritas.
Es fundamental que los profesionales de la salud alerten a los padres de los riesgos de la ingestión de un CE,
los signos y síntomas posibles y la necesidad de atención médica inmediata. Los médicos no deben olvidar
la posibilidad de un CE en un paciente con síntomas respiratorios que no responde al tratamiento usual.
CONCLUSIONES
La ingestión de CE en niños a menudo no se observa, puede ser asintomática y pue-de presentarse con
síntomas y signos atípicos; por l o tanto, la sospecha clínica de ingestión de CE debe seguir siendo alta y ser
considerada como diagnóstico diferen-cial de niños con estridor que no responden a tratamiento. Recordar
que un diagnós-tico tardío se asocia con mayores complicaciones y morbilidades.
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