Síndrome compartimental agudo en extremidades revisión
bibliográfica.
Scute compartmental syndrome in the limbs bibliographic review.
Paula Isabel Araya Calvo 1, Stuard Chacón Díaz2, Gindrezka Paizano Venega3.
1 y 2 Médico general, caja costarricense de seguro social, San José Costa Rica.
3 Médico general, hospital Jerusalen, San José Costa Rica.
Contactos: maulwurf.27@gmail.com
RESUMEN
El síndrome compartimental se define como la presencia de signos y síntomas
relacionados con el incremento de la presión dentro de un compartimento definido
y que lleva a una reducción de la perfusión tisular. De esta forma, compromete la
vitalidad de músculos y nervios. La etiología del síndrome compartimental es diversa;
sin embargo, la principal causa es traumática especialmente en hombres jóvenes, por
lo que se debe actuar de manera rápida para evitar daño neurológico a través del
tratamiento oportuno que consiste en fasciotomías extensas sin cierre para liberar la
presión del compartimento y posteriormente realizar un cierre continuo progresivo.
Palabras Clave: Síndróme antifosfolípido; aborto habitual; terapéutica; diagnóstico.
ABSTRACT
Compartment syndrome is defined as the presence of signs and symptoms related
to the increase in pressure within a defined compartment and that leads to a
Cómo citar:
reduction in tissue perfusion. In this way it compromises the vitality of muscles and
Araya Calvo, P. I., Chacón
nerves. The etiology of compartment syndrome is diverse, however, the main cause
Díaz, S., & Paizano
Venega, G. Síndrome
is traumatic, especially in young men, so you must act quickly to avoid neurological
Compartimental
damage through timely treatment consisting of extensive fasciotomies without
En Extremidades
Revisión Bibliografica.
closure to release the pressure of the compartment and then perform continuous
Revista Ciencia Y
progressive closure.
Salud Integrando
Conocimientos, 5(5),
Keywords: Compartimentar syndrome, Fasciotomy, Intracompartimental pressure.
Pág. 65-70. https://
doi.org/10.34192/
cienciaysalud.v5i5.337
26/ago/2021
13/oct/2021
18/oct/2021
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INTRODUCCIÓN
El síndrome compartimental es poco común fuera del ámbito quirúrgico, lo cual conlleva a un retraso en
su diagnóstico (9). Se define como la elevación de la presión en un compartimiento muscular rígido el cual
excede la presión de perfusión del mismo caracterizada por un conjunto de síntomas (1,2). Como lo dice su
nombre, es un síndrome pero no una enfermedad. La fascia es el lugar donde se da el aumento de presión
intracompartimental; se encuentra tanto en extremidades como abdomen y cavidad torácica (8). Dicho
síndrome se origina de diversos mecanismos como trastornos hemorrágicos, traumatismos, inflamaciones
postisquémicas, armas de fuego, contusiones, fractura, aplastamiento, entre otras causas. Existen de manera
aguda o de manera crónica, la primera es más severa (2). En cualquiera de sus maneras de presentación es
una emergencia quirúrgica (3,6).
El tono vascular, la presión sanguínea, la duración del aumento de presión y las demandas metabólicas
tisulares representan parámetros fundamentales en la aparición de un síndrome compartimental (2). Aunque
no es una patología muy frecuente, cualquier paciente que tenga un dolor desproporcionado, aunque no
tenga las 6P que lideran el diagnóstico, si no mejora a la analgesia o tiene la historia clínica que coincide
con la sospecha, es necesario realizar el diagnóstico diferencial de manera inmediata (12). Al no tratarse a
tiempo puede ocasionar la pérdida total de la extremidad o ser letal (9).
HISTORIA
El primero en describir el peligro de aumentar la presión intracompartimental fue Hipócrates (8). El
término compartimental es de origen anglosajón, descrito desde hace más de 130 años, su definición se
dio por un conjunto de científicos como Matsen, Gasset, Volkmann, quienes estudiaron el aumento de
presión intracompartimental (1,6). En 1881, Richard Von Volkmann sugirió que la parálisis muscular y la
contractura ocurrieron como resultado de la interrupción del suministro de sangre, por lo que se le atribuye
el descubrimiento del síndrome, pero fue Hamilton en 1850 el primero en descubrirla (9, 8, 2). Se dice
que el descubrimiento de Volkmann fue producto de un síndrome compartimental de aparición inminente
(8,2). Los científicos Mc-Queen y colaboradores realizaron un estudio en más de 164 pacientes con el fin
de averiguar de dónde provenían las causas más frecuentes y llegaron a la conclusión que en un 69%
de los casos provenían de fracturas principalmente en la diálisis del radio distal (2). Matsen y Krugmire
descubrieron en 1978 una de las hipótesis más populares en la historia acerca el gradiente de presión arteria
venosa, la cual hablaba del daño en la micro circulación en un síndrome compartimental principalmente en
extremidades (8).
ANATOMÍA
Las localizaciones más frecuentes en el síndrome compartimental se caracterizan en un mayor porcentaje
casi un 40% en los miembros inferiores seguidas por un 18% en miembros superiores predominantemente
mano y en tejidos blandos un 23%, de las cuales se debe tener estricta vigilancia si son por mecanismos
traumáticos como aplastamiento, luxación o fractura del compartimiento anterior del pie o por fractura del
calcáneo (1,2,4).
En los últimos estudios se ha visto que las fracturas mediales de rodilla han aumentado su incidencia en al
menos un 53% (3).
Una de las principales funciones de la fascia conlleva en la unión de los sucular, mantener su posición durante
el movimiento y mejorar la energía mecánica del movimiento, además de la coordinación y propiocepción
en las cuales porta interacción (3). Dentro de las funciones biomecánicas de la fascia están: 1. Proporcionar
sitios de unión para los músculos. 2. Mantener la posición de los músculos durante el movimiento y 3.
Mejorar la ventaja mecánica del músculo durante el movimiento. La fascia profunda por lo general se
encuentra inervada, jugando un papel importante en la coordinación y la propiocepción (3). Entre adultos
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y adolescentes es más común el desarrollo en este segundo, al caracterizarse por tener una fascia mucho
más fuerte por lo cual se puede dar con mayor frecuencia (3,14,15).
DIVISIÓN DE COMPARTIMENTOS POR EXTREMIDADES
Extremidad superior
Brazo y Antebrazo: Dos compartimientos anterior y posterior, cada uno de los compartimentos de cada
parte del miembro tiene su propio grupo muscular, inervación y vasculatura. La mano por sí misma presenta
10 compartimentos: Interóseo dorsal: 4 compartimentos. Interóseo palmar: 3 compartimentos (3,14,15).
Extremidad Inferior
En el muslo hay tres compartimentos: anterior, medial y posterior. En la pierna hay 4 compartimentos: el
anterior, posterior y el posterior superficial. En el pie actualmente se habla de 9 compartimentos: medial,
lateral, cuatro interóseo y uno central.
Esto ayuda con el fin de evaluar en un paciente el compartimento afectado y orientarnos hasta qué músculos
o nervios pueden estar sufriendo la consecuencia de un aumento desproporcionado en su presión interna
(3,14,15).
ETIOLOGÍA
Su prevalencia es mayor en el sexo masculino. El síndrome compartimental puede darse de manera
crónica y aguda, en atletas es aún más común hallar el síndrome compartimental crónico (2,8). El SCC es
consecuencia de movimientos repetitivos como el ejercicio físico o mecanismos laborales (4). En su mayoría
este se caracteriza por episodios de dolor constante asociados en su mayoría al ejercicio, esta característica
es el gold standard para su diagnóstico (8). El SCA se ha visto documentado no solo en procesos de
traumatismos, sino también en asociación a síndrome nefrótico, rabdomiolisis, factores iatrogénicos
o sangrados importantes. Infección tales como las dadas por Streptoccocus sp pueden dar lugar a tal
edema causante de un SCA (6). En este hay un 20% de probabilidad de desarrollo en extremidades por la
revascularización, los vendajes o férulas; además de las vendas comprensivas que son uno de los principales
métodos que conllevan a un aumento de esta complicación (2).
FISIOPATOLOGÍA
La presión en reposo es de menos de 10mmHg en un compartimento, por lo cual un trauma o esfuerzo ya
sea realizado por un acto quirúrgico o físico produce una revascularización, por lo que se da un aumento en
la presión del compartimento muscular, esto no quiere decir que este aumento de presión sea irreversible
siempre, pero cualquier paciente o persona expuesta a este tipo de proceso debe tener una estricta
vigilancia por su alta probabilidad de presentarse (1). El síndrome compartimental puede ser causado por
dos mecanismos: incremento en el volumen en un espacio cerrado y por disminución en el tamaño del
espacio; por lo cual, a mayor presión hidrostática se da una extravasación de líquido, provocando una
isquemia nerviosa y muscular, presentándose en el paciente en forma de edema y tensión. Al no realizar un
diagnóstico temprano se forma una estasis venosa - linfática lo que aumenta aún más la presión y conlleva
a necrosis de las estructuras (2). Una vez que la perfusión de tejidos pasa el umbral, dichos tejidos entran
en hipoxia, aumentando el estrés oxidativo conllevando hipoglicemia por cierre de las bombas de Na y
K ATPasa, las cuales tienen como función el equilibro osmótico celular (3). Si se produce una isquemia
del músculo se libera mioglobina y como consecuencia entran en fase de fallo renal, hockey, hipotermia,
arritmias cardíacas o fallo multi orgánico (3,4). Un incremento en la presión intracompartimental reduce el
flujo capilar, produciendo compresión arteriolar lo que da como resultado contracción muscular e isquemia
de los nervios. Dando lugar a complicaciones como infartos, necrosis si no se actúa de manera precoz y
eficaz (2,8). La causa más común del SC es el daño muscular que conlleva a edema, el cual es usualmente
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proporcional al daño. La medición de la presión compartimental estará indicada siempre que existan dudas
diagnósticas en pacientes con riesgo (2).
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
El dolor en el síndrome compartimental presentado por el paciente es desproporcionado a pesar de estar en
reposo, aumento con los movimientos y puede asociar parestesias. Las principales manifestaciones clínicas
se dan entre 4-6 horas post lesión y se caracteriza por las 6P: Parestesia, Pain (Dolor), Presión, Palidez,
Parálisis, Ausencia de Pulsos (2,4,6,9). Al examen físico los hallazgos más importantes son compartimentos
tensos, edematosos y con dolor producido al movimiento pasivo (12,13). Debido a que los factores de
riesgo para el síndrome compartimental son amplios, se debe mantener un alto índice de sospecha para
diagnosticar el síndrome compartimental inmediatamente antes de que ocurra una necrosis irreversible (3).
Un signo como la parestesia indica los primeros signos de hipoxia del tejido nervioso, sin embargo se debe
estar muy seguro de su diagnóstico y no únicamente basarse en un síntoma neurológico, sino en sus factores
de riesgo, mecanismo de lesión, probabilidad, historia y examen físico. Uno de los principales problemas a la
hora del abordaje es la calidad del examen físico por lo que hay pacientes clasificados como evaluables y los
que no debido a que no están en un estado mental adecuado ya sea por el dolor generado por sus lesiones,
el trauma o la misma ansiedad que el estar en ese estado les genera (3,6,12,13). En el caso de los niños muy
pequeños, para articular los síntomas pueden mostrar severa ansiedad o lloriqueo constante, el cual sigue
incrementando a pesar de analgésicos para aliviar el dolor (6).
COMPLICACIONES
El síndrome compartimental agudo irreversible da lugar a una necrosis muscular que se va extendiendo
en todo el organismo, si no se da el tratamiento de manera precoz (1,6). El Síndrome de Volkmann es una
de las complicaciones más frecuentes dadas por retracción fibrosa de la necrosis muscular consecuencia
de isquemia y compresión mecánica dadas del síndrome compartimental agudo (1). Una de sus principales
complicaciones y la más común es la amputación por lo que una temprana detección conlleva a una mejor
evolución de dicha patología, sin embargo es uno de los diagnósticos que menos se presumen (1). Una
presión compartimental entre 30-45 mmHg durante más de 8hrs da lugar a lesiones titulares irreversibles.
Otra complicación muy frecuente pero del sitio quirúrgico son infecciones o dehiscencia de suturas (3).
Una de las principales complicaciones es la rabdomiólisis, provocando la liberación de material intracelular
tóxico a la circulación, la cual es de causa hereditaria o adquirida, dentro de las traumáticas incluye al
síndrome de crush, accidentes, ejercicio y no traumáticas tales como alcohol, farmacológicas o convulsiones.
El Síndrome de Crush es otra complicación causada por compresión prolongada, donde se presenta
choque hipovolémico, hiperkalemia, fallo renal agudo y necrosis muscular (2,7). Al darse la rabdomiolisis
se produce un aumento en el calcio ionizado en el citoplasma dando a una activación de la fosfolipasa a2,
prolongando la contracción muscular, disfunción mitocondrial dando así un daño en las células musculares
y liberación de sustancias tales como potasio, creatinina fosfoquinasa, ácidos enzimas, electrolitos; los
cuales dan toda la sintomatología de este padecimiento (7). Su tratamiento va de la mano al trastorno
que produzca y los síntomas que se manifiesten, siendo como tal de soporte y conservadores: reposición
electrolítica, prevención de daño renal, compensando su acidosis, erradicando su causa principal (7). Otras
complicaciones importantes son los trastornos electrolíticos, como la hiperpotasemia, que pueden causar
arritmias cardíacas, acidosis metabólica, hiperfosfatemia, hipocalcemia temprana e hipercalcemia tardía,
también se puede presentar la coagulopatía intravascular diseminada (7,4,5).
DIAGNÓSTICO
La principal fuente diagnóstica se basa en la historia clínica, examen físico y medición de presión
compartimental (1,10). El diagnóstico clínico debe realizarse idealmente en las primeras 6 horas de aumento
en la presión y presentación de síntomas con el fin de realizar el procedimiento quirúrgico fasciotomía para
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liberar la presión compartimental y evitar mayores complicaciones (1). Síntomas o signos como parálisis o
síntomas sensoriales son indicación de que ya la isquemia está presente en el tejido por lo que hay menor
tiempo para actuar. Las indicaciones para realizar una medición dentro del compartimento son: hipotensión
prolongada en una extremidad con edema, uno o más síntomas sugestivos de síndrome compartimental
asociado a lesión neurológica o anestesia regional, examen físico dudoso con edema de la extremidad,
aumento espontáneo e insoportable de dolor en la extremidad con daño o edema extremidades en un
paciente con tratamiento anestésico sin otro síntoma asociado (3). Hay distintas maneras de medir la presión
intracompartimental; normalmente se realiza mediante la técnica de infusión que permite controlarla hasta
por tres días continuos, se realiza mediante un catéter donde se inyecta solución salina en el compartimento
muscular con un catéter de 0.7mm aproximadamente cada día, dentro de muchas otras formas de realizarlo.
Sin embargo este paso no es necesario si hay alta probabilidad clínica diagnóstica (10).
La sensibilidad de los hallazgos clínicos para el diagnóstico y el valor predictivo positivo también es bajo
(11-15%), sin embargo el valor predictivo negativo es alto (97-98%) por lo tanto los hallazgos clínicos son
más útiles en su ausencia para excluir el diagnóstico y la medición intracompartimental viene siendo no
necesaria para el diagnóstico (1,4). Los laboratorios tienen poca capacidad diagnóstica pero un aumento
desproporcionado de la cretinin quinas a podría sugerirlo dentro de los diagnósticos diferenciales (9).
TRATAMIENTO
El principal tratamiento quirúrgico se basa en la fasciotomía, descartándose cualquier otro tipo de medida
para descompresión compartimental (1). Las indicaciones para realizarlas son un cuadro clínico sugestivo
o presión intracompartimental mayor o igual a 30mmHg en un paciente normotenso (2). Uno de los
principales tratamientos en el cuadro agudo inicialmente mientras se prepara la cirugía es la elevación de la
extremidad y en caso de ser consecuencia de vendaje compresivo o férula retirarlo de manera inmediata. Al
retirarlos, si persiste la clínica y dolor, no hay otro tratamiento que el quirúrgico (4). Un adecuado cierre de
herida quirúrgica no es de los principales tratamientos del síndrome compartimental, después de la cirugía
deben dejarse abiertos tanto la fascia como la piel con el fin de permitir la descompresión y liberación del
cuadro inflamatorio. El uso de dispositivos que ejerzan presión negativa como VAC ayudan a aumentar el
proceso de cicatrización, en su mayoría requieren varias intervenciones quirúrgicas hasta que la piel no
tenga sintomatología de síndrome compartimental y el paciente pueda ser egresado con la herida cerrada
o al menos parcialmente cerrada con suturas alternadas (9).
PREVENCIÓN
Estar alerta a los síntomas o signos del paciente post cirugía ortopédica o trauma importante. Remover
yesos o vendajes compresivos en los tiempos establecidos o ante sospecha clínica disminuye el riesgo de
un aumento en la presión compartimental.
Elevación de la extremidad afectada, mantener al paciente normotenso y con flujo de oxígeno alto para
saturaciones adecuadas previniendo hipoxia son otras medidas preventivas eficaces (3).
CONCLUSIONES
El síndrome compartimental agudo es un conjunto de signos y síntomas que se producen como consecuencia
del aumento de presión en el compartimento osteofascial de una extremidad. Este aumento de presión
compromete la perfusión capilar de los tejidos, pudiendo causar anoxia celular e isquemia muscular. Las
tasas de morbilidad y mortalidad del síndrome compartimental son muy altas, debe reconocer rápidamente
a los pacientes en riesgo lo antes posible para evitar las complicaciones, recordar que el diagnóstico
es principalmente clínico , sin embargo si se cuenta con la herramienta del monitoreo de la presión
compartimental se puede utilizar para un diagnóstico certero y temprano (4).
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