Resumen
La actual crisis de opioides, esta reforzada por el consumo y la mayor producción de fentanilo ilícito; su creciente mortalidad se relaciona con el abuso de múltiples sustancias como las benzodiacepinas y el alcohol. Sorprendentemente, el consumo del 95% de opioides global, es por el occidente, que compone un 15% de la población mundial. Incluso, el fentanilo es un opioide sintético, lipofílico de acción corta, con mayor potencia analgésica que la morfina. Además, la adulteración de otras drogas ilícitas con fentanilo y sus análogos, aumentan el riesgo de sobredosis. El metabolismo del fentanilo por el citocromo P450 CYP3A4, resulta en interacciones con otros medicamentos dependientes de esta vía. Mientras, la naloxona es un antagonista del receptor opioide no competitivo, con capacidad de revertir la depresión respiratoria. Al mismo tiempo, como consecuencia aumentan los casos de endocarditis, hepatitis B, hepatitis C, HIV y otras infecciones. Los síntomas agudos de sobredosis se destacan por la depresión de centros respiratorios, y del sistema nervioso central, pupilas mióticas, y pérdida de los reflejos protectores de la vía aérea; el tratamiento consiste en el uso de naloxona y el manejo de las complicaciones. A largo plazo se deben implementar estrategias, con el fin de brindar tratamiento sustituto y de rescate, y reforzar la prevención. En todo caso, la meta de esta revisión es resumir la información más reciente acerca de las crisis de opioides, especialmente fentanilo, y brindar a los clínicos la capacidad de diagnosticar, tratar, la prevención al formar parte de las nuevas estrategias.
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